El varicocele testicular es la dilatación de las venas que rodean al testículo dentro del escroto (piel flácida que sostiene los testículos). Estas venas drenan los testículos transportando sangre pero, cuando se produce un fallo en el funcionamiento de las válvulas de las venas, que permiten el flujo sanguíneo adecuado, estas se dilatan y la sangre se acumula formando hinchazón en las venas.
Lo más frecuente es que el varicocele se produzca de manera unilateral, es decir, solo en un testículo (generalmente el izquierdo debido a la posición de la vena testicular), pero hay casos de varicocele bilateral en los que ambos testículos están afectados.
El varicocele se forma, habitualmente, durante la pubertad y se desarrollan con el tiempo. Es más frecuente en chicos altos y delgados.
No se sabe exactamente qué produce el varicocele. Se debe a un flujo enlentecido de sangre por las venas espermáticas, que son las que recogen la sangre del testículo, probablemente debido a un problema en las válvulas venosas.
Algunos estudios apuntan a que tiene un factor hereditario, por lo que aquellos chicos cuyos padres o hermanos han padecido esta inflamación venosa en los testículos tienen más probabilidad de pasar por lo mismo.
Aunque los varicoceles no suele provocar síntomas, algunos pacientes refieren molestia, dolor, sensación de “saco de gusanos” o pinchazos cuando pasan muchas horas de pie, realizan esfuerzo físico extremo o en períodos de calor, del mismo modo que pasa con las varices de las piernas. Esto es debido a que la sangre debe hacer un sobreesfuerzo para circular correctamente a causa de la fuerza de la gravedad.
Dado que el testículo necesita unas condiciones específicas para su correcto desarrollo, estas varices próximas al teste pueden alterar el crecimiento de este y su función, afectándose en algunos casos la fertilidad futura.
En hombres mayores, una de las posibles causas es la presencia de una tumoración renal. Por este motivo, los pacientes de más de 40 años con varicocele deberán solicitar una exploración profunda para descartar todo tipo de tumor.
Al no presentar síntomas, se suele detectar por casualidad durante una evaluación de rutina o un examen de fertilidad en pacientes adultos.
En niños, el diagnóstico se hace mediante la exploración física en consulta y la realización de una ecografía Doppler del escroto, en la que valoraremos el tamaño y desarrollo testicular y la presencia de dilataciones varicosas que se incrementan al aumentar la presión abdominal (maniobras de Valsalva).
Por lo general, no es necesario tratar el varicocele, ya que en un gran número de casos no representa ningún riesgo o incluso no llega a advertirse su existencia.
El urólogo puede sugerir la realización de revisiones anuales para controlar cualquier cambio y recomendar la cirugía en los siguientes casos:
El procedimiento quirúrgico para tratar el varicocele puede formar parte del plan de tratamiento para la fertilidad y este consiste en sellar la vena afectada para redirigir el flujo sanguíneo hacia las venas saludables. Este se realiza de forma ambulatoria y, por lo general, el paciente puede irse a casa el mismo día de la intervención.
Existen dos enfoques de esta cirugía:
Varicocelectomía microscópica. El cirujano hace una incisión diminuta en la parte inferior de la ingle y con un microscopio potente, identifica y liga varias venas pequeñas. El procedimiento dura de 2 a 3 horas.
Varicocelectomía laparoscópica. El cirujano usa una cámara de video y varios instrumentos quirúrgicos conectados a sondas que atraviesan incisiones muy pequeñas en la parte inferior del abdomen. Dado que la red de venas es menos compleja sobre la ingle, hay menos venas para ligar. El procedimiento dura de 30 a 40 minutos.
El dolor de la cirugía generalmente es leve, pero podría prolongarse durante varios días o semanas. El médico podría recetar analgésicos durante un período limitado. Es probable que puedas regresar al trabajo pasada una semana y reanudar la actividad física dos semanas después de la cirugía.
Como alternativa a la cirugía, se puede llevar a cabo una embolización, que es menos invasiva y utiliza la guía por imágenes y un catéter para colocar pequeñas bobinas y/o una substancia líquida en una vena para desviar el flujo sanguíneo hacia afuera de un varicocele. El procedimiento dura alrededor de una hora. El período de recuperación es breve y con dolores leves.
La reparación del varicocele puede traer consigo algunos riesgos como: