La vasectomía es una opción anticonceptiva segura para aquellos hombres que tienen la certeza de que no quieren ser padres en el futuro.
Descripción
La vasectomía es un procedimiento quirúrgico por el cual se secciona el deferente -este es el conducto que se encarga de conducir los espermatozoides desde los testículos hasta la uretra- para interrumpir la vía seminal y evitar la posibilidad de fecundación. La eyaculación se seguirá produciendo igual, pero sin que contenga espermatozoides.
Existen dos técnicas de vasectomía que se realizan actualmente en nuestro país:
La vasectomía es un procedimiento corto, de aproximadamente 30 minutos de duración. Al finalizar la cirugía se coloca un suspensorio escrotal para minimizar la posibilidad de sangrado y de dolor escrotal. Se recomienda mantener el suspensorio durante todo el tiempo que duren las molestias.
Tras la cirugía, el paciente pasa a reanimación, donde estará más o menos tiempo en función de si el procedimiento se ha realizado con o sin sedación. Tras comprobar su buena readaptación al medio, no es necesario pernoctar en el hospital. Se suele recomendar, en caso de sedación, que el paciente acuda acompañado.
Un tiempo después de haber realizado la vasectomía (habitualmente hacia los 3 meses después), se debe comprobar el resultado del tratamiento a través de un seminograma, ya que existen casos de repermeabilización de los conductos deferentes -además de potenciales problemas técnicos-. Durante el periodo desde la vasectomía hasta la obtención de seminograma 0, se deben seguir utilizando medidas anticonceptivas o contraceptivas, puesto que el riesgo de embarazo es bajo, pero no es 0.
El dolor testicular crónico ocurre en el 1% de hombres sometidos a vasectomía.
Una posible preocupación con la vasectomía es que después cambies de opinión sobre la posibilidad de querer tener un hijo. Si bien es posible revertir la vasectomía, no existe ninguna garantía de que se logre. La cirugía de reversión es más complicada que la vasectomía y, en algunos casos, no es eficaz.
Si tienes dolor crónico en los testículos o enfermedad testicular, no eres un buen candidato para una vasectomía. En la mayoría de los hombres, la vasectomía no provoca ningún efecto secundario perceptible y las complicaciones graves son poco frecuentes.
La reconstrucción de los conductos deferentes después de una vasectomía es posible. Existe varias opciones quirúrgicas complejas para repermeabilizar la vía seminal y volver a ser fértil, aunque con posibilidades mucho menores. Durante los últimos años, un número creciente de hombres ha solicitado la reversión de la vasectomía. El tiempo desde el primer procedimiento hasta el segundo es un importante marcador pronóstico para este tratamiento, empeorando la probabilidad de repermeabilización a medida que pasa el tiempo.
La vasovasostomía, como así se llama la cirugía de reversión, es compleja. Consiste en la identificación de ambos extremos seccionados de los conductos deferentes y su repermeabilización mediante microcirugía. Adicionalmente, en muchas ocasiones se realiza biopsia y preservación de pulpa testicular para obtención de gametos en caso de que la vasovasostomía no resulte exitosa.
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Prostate Rhabdomyosarcoma presenting as acute urinary retention in a young adult
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