Una prótesis de pene es un dispositivo que se implanta en el interior del pene para otorgarle la capacidad de alcanzar la erección. Es una solución para la disfunción eréctil.
Una prótesis de pene es un dispositivo mecánico que se implanta en el interior del pene con el objetivo de otorgarle la capacidad de alcanzar la erección y mantener la rigidez para poder mantener relaciones sexuales con penetración.
Este dispositivo se compone de dos cilindros que colocan en el interior de los cuerpos cavernosos y hacen la función de estos para conseguir el estado de erección. Para su implantación es necesaria una intervención quirúrgica.
De entre todos los tratamientos que existen para la disfunción eréctil, la prótesis de pene es la que mejores tasas de satisfacción presenta. Sin embargo, debido a que una vez implantada no es posible retomar otros tratamientos, se constituye como la última de las opciones terapéuticas.
Se suele recurrir al implante peneano cuando otros tratamientos más conservadores como medicación, ondas de choque o inyecciones intracavernosas no han funcionado, o cuando el paciente quiera una solución definitiva.
Existen dos tipos de prótesis de pene y es importante conocer pros y contras de cada prótesis antes de su colocación:
El resultado de la erección es excelente y la detumescencia muy natural. Por este motivo, la tasa de satisfacción es muy elevada entre los hombres y sus parejas, rebasa el 90%. Como contrapartida, son algo más difíciles de usar, ya que hay que aprender a activarlas y desactivarlas, y su coste es más elevado.
Para el preoperatorio se realiza un análisis de sangre con coagulación y urocultivo, una radiografía de tórax y un electrocardiograma. En la visita anestésica, el anestesiólogo determina, junto con el paciente, la mejor anestesia para la cirugía, que suele ser raquídea o sedación profunda, aunque también puede realizarse anestesia general.
Existen varias vías de incisión para la colocación de la prótesis: subpubiana (por detrás del pubis), subcoronal (bajo el glande) o penoescrotal (entre la base del pene y el escroto). La elección depende del cirujano y del tipo de prótesis. La cirugía no suele prolongarse más de 1 hora.
En la intervención se coloca un vendaje compresivo, que suele cambiarse a las 24h. El paciente pasará a una unidad de recuperación postanestésica mientras se valida que la recuperación es idónea y que no existen complicaciones.
El ingreso suele ser corto, en muchos casos incluso inexistente. Los días posteriores debe haber bloqueo de pene y seguir una pauta analgésica optimizada.
Como en cualquier intervención, puede haber complicaciones como la retención urinaria, o la aparición de hematomas o edemas, que no conllevarán problemas a largo plazo. Sin embargo, la complicación más temida es la infección protésica, que puede conllevar su retirada. Por esta razón, las medidas para la prevención de infecciones son muy estrictas y hacen que no sean frecuentes, afectando al 1-8% de los casos. La tasa de fallo mecánico a los 5 años es de aproximadamente del 10%.
La implantación por centros y cirujanos expertos reduce las complicaciones asociadas a la intervención. Nuestro grupo está reconocido por el Ministerio de Sanidad como uno de los dos grupos acreditados en España para la realización de estas intervenciones.
Una vez superado el primer mes, la posibilidad de infección disminuye drásticamente y puede retomarse la actividad sexual.
Los resultados de la prótesis de pene son muy buenos y las tasas de satisfacción, muy elevadas. Estas próstesis no interfieren en la calidad sexual, ya no se ven afectados ni el deseo sexual, ni el orgasmo, ni la eyaculación.
Las prótesis de pene son el material protésico activo -no cosmético- con una vida media útil más larga. Algunos estudios apuntan a que el 50% de prótesis peneanas están activas y funcionando 15 años tras su implante.
Es una solución permanente para la disfunción eréctil.
Permite tener la erección en el momento deseado.
Permite mayor espontaneidad para disfrutar de la actividad sexual cuando su estado de ánimo sea el apropiado.
Permite mantener la erección por el tiempo deseado.
Elimina la necesidad de tomar pastillas y administrarse inyecciones.
Aportan una sensación natural para usted y su pareja.
No interfiere en la vida diaria. Puede seguir haciendo su vida habitual.
No interfieren con el deseo sexual, la sensación de orgasmo y la eyaculación.
Initial experience with thulium fiber laser for prostate enucleation: Analysis of the intraoperative and short-term outcomes in a prospective, multicenter cohort
Las prótesis de tres componentes son prácticamente inapreciables, incluso estando desnudo. Las prótesis maleables, al elongar el pene, sí pueden notarse algo más, aunque no son en absoluto llamativas.
Es una cirugía que da pocos problemas. El más relevante es la infección de la prótesis, que ocurre en el 2% de casos. Para evitarla usamos antibióticos durante y después de la cirugía, junto con prótesis impregnadas en antibióticos para minimizar aún más ese riesgo. La implantación de una prótesis de pene es una intervención quirúrgica que, aunque generalmente segura, puede conllevar ciertas complicaciones: >> Complicaciones intraoperatorias: - Perforación de los cuerpos cavernosos: Durante la dilatación, puede ocurrir una perforación crural del extremo proximal del cuerpo cavernoso. Esta situación es relativamente frecuente y requiere atención inmediata para evitar complicaciones mayores. - Lesión uretral: Aunque poco común, existe la posibilidad de dañar la uretra durante la colocación de la prótesis, lo que podría requerir intervenciones adicionales. >> Complicaciones postoperatorias: - Infección: Una de las complicaciones más significativas es la infección de la prótesis, que puede llevar a la necesidad de retirar el dispositivo. Sin embargo, con las mejoras en las técnicas quirúrgicas y en el diseño de las prótesis, la incidencia de infecciones se ha reducido considerablemente, situándose por debajo del 5%. - Fallo mecánico de la prótesis: Aunque las prótesis modernas están diseñadas para ser duraderas, existe la posibilidad de fallos mecánicos que podrían requerir una revisión o reemplazo del dispositivo. - Erosión o extrusión: En casos raros, la prótesis puede erosionar los tejidos circundantes o incluso extruirse, lo que podría necesitar intervención quirúrgica adicional. - Acortamiento del pene: Algunos pacientes pueden percibir una disminución en la longitud del pene tras la implantación, especialmente si existía fibrosis previa en los cuerpos cavernosos. - Dolor postoperatorio: Es común experimentar dolor e inflamación en el área operada durante las primeras semanas, aunque generalmente se resuelve con el tiempo y con el manejo adecuado. Por todo ello, es fundamental realizar esta cirugía con un equipo muy experimentado que garantice el éxito de la cirugía.
No es habitual. Especialmente con las prótesis maleables, que llevan menos material quirúrgico, el tacto es prácticamente normal. Con las prótesis inflables existen algunas estructuras más, aunque siguen siendo discretas aún durante las relaciones sexuales.
Las prótesis de pene tienen una vida media estimada de alrededor de 10 años y una vez pasado este tiempo se puede cambiar la prótesis con una cirugía igual de sencilla que la primera.