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Piedras en el Riñón

Piedras en el Riñón

Los mejores tratamientos para las piedras en el riñón o litiasis y evitar su repetición.
La litiasis es enfermedad urológica muy frecuente que puede afectar a cualquier parte de las vías urinarias. Tratamos las piedras en el riñón con la última tecnología disponible.
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Descripción Piedras en el Riñón

Las piedras en el riñón o cálculos renales (también conocida como litiasis) son depósitos duros hechos de minerales y sales, formados dentro de los riñones. Es una enfermedad urológica muy frecuente, pues la incidencia estimada en Europa y países desarrollados es de 0,5 – 1%, con una prevalencia del 5 – 10%. En España, la incidencia anual es de 0,7%, con una prevalencia del 4,5% (prevalencia en el 4,8% de hombres frente a 3,8% en mujeres) y un pico de máxima frecuencia entre la tercera y la quinta década de la vida.

Los cálculos renales pueden afectar cualquier parte de las vías urinarias, desde los riñones hasta la vejiga. En general, se forman cuando la orina se concentra, lo que permite que los minerales se cristalicen y se unan. Habitualmente, esta patología se manifiesta en forma de crisis reiteradas de cólico renal y genera un elevado número de consultas médicas y de ingresos hospitalarios.

Tipos de cálculos renales

Saber qué tipo de piedra o cálculo renal tienen los pacientes ayuda a averiguar su causa, además de dar un indicio para reducir su formación. Los tipos de cálculos renales son:

  • Cálculos de oxalato cálcico: las piedras más frecuentes (el 70-80% de todas las piedras) son las de oxalato cálcico. El oxalato es una sustancia que produce el hígado diariamente o que se obtiene de ciertos alimentos como la verdura de hoja ancha (acelgas o espinacas), los frutos secos, las fresas o el chocolate puro. La alimentación, las dosis altas de vitamina D y los trastornos metabólicos son factores que pueden aumentar la concentración de oxalato en la orina.
  • Cálculos de ácido úrico: las piedras de ácido úrico comprenden el 10% de los casos. Se pueden formar en personas que llevan una dieta rica en proteínas y en aquellos con diabetes o síndrome metabólico.
  • Cálculos de estruvita: las piedras de estruvita (el 4% de los casos) se forman a partir de infecciones de las vías urinarias. Son cálculos que pueden crecer mucho y obstruir el riñón, los uréteres o la vejiga.
  • Cálculos de cistina: este es un tipo de cálculos muy concreto, con un porcentaje muy pequeño (menor al 1%), que están asociados a la cistina, una enfermedad hereditaria que tiene una herencia autosómica recesiva.

Complicaciones

A largo plazo, las piedras en el riñón o en la vía urinaria pueden dar lugar a diversas complicaciones:

  • Insuficiencia renal aguda: cuando producen obstrucción, el cuadro clínico es grave y puede provocar insuficiencia renal aguda, requiriendo atención precoz.
  • Insuficiencia renal crónica: cuando aparecen de modo repetido o son causadas por factores genéticos pueden acarrear una insuficiencia renal crónica.
  • Pérdida de la función renal: pueden generar pérdida de la función renal especialmente cuando se producen episodios repetidos o prolongados de obstrucción e infección, aisladas o combinadas, llegándose en ocasiones a deterioros irrecuperables de las unidades renales afectadas.

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Actualidad

de ROC Clinic en Piedras en el Riñón

Investigación

Estudio comparativo entre láser de Holmium y láser superpulsado de Thulio para el tratamiento de la litiasis renal.

Nos preguntan

en la consulta sobre Piedras en el Riñón
Una persona con un catéter doble J puede hacer una vida más o menos normal en la medida en la que el catéter lo permita. Se recomienda beber abundante agua o líquido y evitar aguantarse mucho las ganas de orinar. En cuanto al ámbito laboral, un catéter doble J no impide trabajar, siempre y cuando el trabajo no sea excesivamente físico. Tampoco habría inconveniente en hacer ejercicio, pero podría tener asociadas una serie de consecuencias como sangre con la orina.
El tiempo que una persona va a necesitar llevar un catéter doble J dependerá de la complejidad de la intervención. Normalmente, tras una cirugía ureteroscopia o una cirugía retrógrada intrarrenal, el tiempo oscila de una semana a 10 días. No obstante, si la cirugía es más compleja, posiblemente sea necesario llevar puesto el catéter alrededor de 15 días, pudiéndose prolongar ese periodo hasta los 21 días.
El catéter doble J presenta una serie de efectos secundarios como son molestia e irritación causadas por el extremo que tiene el catéter dentro de la vejiga. Para minimizarlos, además de indicar tratamiento médico, se procura que el tiempo que se tenga el catéter sea el menor posible.
El postoperatorio va a depender del tipo de intervención que se haya realizado. Si se ha tratado con litotricia, el paciente no va a necesitar hospitalización, ya que es un procedimiento ambulatorio. Sin embargo, si se ha realizado una cirugía endoscópica, el paciente suele quedarse hospitalizado, al menos un día, con un catéter doble J puesto para proteger el riñón.
Una persona con piedras en el riñón puede hacer ejercicio físico y debe hacerlo, puesto que conlleva a una mejoría del metabolismo y se sabe que favorece la eliminación de solutos. Es cierto que la actividad física va a deshidratar más, sobre todo si es verano, teniendo que hidratarse más de lo normal por el líquido que se pierde haciendo deporte.

Equipo

de la unidad de Piedras en el Riñón