La balanitis es una inflamación del glande, la cabeza del pene. En caso de que también se inflame el prepucio, lo llamamos balanopostitis, aunque la balanitis se utiliza a menudo para referirse a ambos casos.

La balanitis puede ser causada por diversas razones como la falta de higiene, infección, presencia de fimosis, contacto con sustancias irritantes o incluso una diabetes mal controlada. En algunos casos, la balanitis puede ser un síntoma de una enfermedad de transmisión sexual.

Cuando la balanitis se da en niños, la causa suele estar relacionada con algún agente de tipo irritativo. En ocasiones se produce por una higiene deficiente, en otros casos cuando existe fimosis la retracción forzosa del prepucio del niño puede desencadenar un cuadro de balanitis.

Los síntomas pueden incluir dolor, enrojecimiento, picazón, hinchazón y secreción. En casos graves, puede haber dificultad para orinar y dolor durante las relaciones sexuales.

Es importante tratar la balanitis de manera adecuada para evitar complicaciones como infecciones bacterianas o fúngicas, irritación crónica o lesiones permanentes. A continuación, te presentamos algunas formas de tratar la balanitis:

  1. Mantener una buena higiene: Es importante limpiar suavemente el glande y el prepucio todos los días para evitar la acumulación de bacterias y hongos. Se recomienda utilizar agua tibia y jabón suave.
  2. Uso de cremas tópicas: En algunos casos, el médico puede recetar una crema tópica para tratar la balanitis. Estas cremas pueden contener esteroides, antifúngicos o antibióticos según la causa subyacente.
  3. Tratamiento de la causa subyacente: Si la balanitis es causada por una infección bacteriana o fúngica, es importante tratar la causa subyacente. Esto puede implicar la toma de medicamentos orales, como antibióticos o antifúngicos.
  4. Circuncisión: En casos crónicos o recurrentes de balanitis, la circuncisión puede ser una opción. La circuncisión implica la eliminación quirúrgica del prepucio, lo que puede reducir la acumulación de bacterias y hongos.

En conclusión, la balanitis es una condición que se puede tratar y que requiere atención médica adecuada. Mantener una buena higiene y tratar la causa subyacente son fundamentales en el manejo de la balanitis.

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