A pesar de que, coloquialmente, cuando se nombra al urólogo todo el mundo piensa en el hombre, las mujeres también precisan de la ayuda de la Urología.

Esta especialidad se encarga de las patologías del aparato urinario, tanto masculino como femenino, así como del aparato genital masculino (el aparato genital femenino le compete al ginecólogo). Es decir, que cualquier enfermedad o problema en riñones, uréteres, vejiga y uretra es competencia del urólogo.

En el caso de los hombres, se recomienda una primera visita al urólogo/a entre los 45-50 años, siempre y cuando no haya antecedentes familiares de patología urológica. En cuanto a las mujeres, no existe una edad descrita para realizar revisiones o valoraciones.

La patología que más afecta al sexo femenino son las infecciones urinarias del tracto urinario inferior o cistitis (infección de orina localizada a nivel vesical). Esta afección es más frecuente en mujeres sexualmente activas y en mujeres postmenopáusicas. Normalmente, son valoradas por un médico Atención Primaria y, por tanto, en la mayoría de ocasiones no llega a ser remitida al urólogo/a.

Por otro lado, la incontinencia urinaria es otra de las afecciones urológicas que afecta a un gran número de mujeres durante el embarazo, postparto o a medida que avanza en edad. En muchas ocasiones, por una cuestión cultural, se tiende a asumir como normal. Sin embargo, el urólogo/a puede encontrar la mejor solución posible para revertir esta situación. Asimismo, ante el prolapso de órganos pélvicos o cualquier síntoma del tracto urinario inferior como dificultad de vaciado vesical, sensación de vaciado incompleto, urgencia, aumento de la frecuencia miccional, etc., las mujeres han de acudir a la consulta de Urología para hallar la solución a su problema.

Las litiasis (cálculos o piedras) a nivel renal, ureteral o vesical -produzcan o no un cólico o crisis-renoureteral- también han de tratarse con el urólogo/a, así como las patologías oncológicas que afectan al aparato urinario. Por tanto, los urólogos/as tenemos un papel muy importante en la salud urinaria de la mujer que nos permite mejorar su calidad de vida de forma significativa