La hematuria es la presencia de sangre en orina. Existen dos grandes tipos de hematuria desde el punto de vista sintomatológico: macrohematuria, que es la sangre en la orina perceptible a la vista; y microhematuria, que es la sangre que no se aprecia a simple vista y solo se detecta a través de análisis de orina.
Exceptuando aquellas situaciones en las que la hematuria es muy intensa y exige intervención, no hay diferencia en el esquema de diagnóstico entre una y otra situación.
Causas de la hematuria
La presencia de sangre en la orina puede deberse a múltiples fenómenos o enfermedades del aparato genitourinario. Partiendo de un criterio anatómico, la hematuria puede originarse en los siguientes órganos:
- Sangre en la orina de origen renal o sistémico: cuando el sangrado presente en la orina tiene su origen en el riñón o en todo el organismo debido a hipertensión arterial o la toma de medicamentos, favoreciendo la pérdida de sangre a través de la nefrona, nombre que recibe la unidad estructural y funcional básica del riñón que se encarga de la purificación de la sangre. Algunas de las causas más comunes que provocan esta situación, además de algunos medicamentos como aspirina, acenocumarol o heparina, son los traumatismos renales, el ejercicio físico intenso, o algunas enfermedades renales poco habituales como, por ejemplo, las glomerulonefrititis (inflamación de los filtros pequeños de los riñones) o la enfermedad de Berger (enfermedad renal que se produce cuando un anticuerpo llamado "Inmunoglobulina A" se acumula en los riñones).
- Hematuria de origen ureteral: el origen del sangrado se encuentra en los conductos que llevan la orina desde los riñones a la vejiga. La causa más común de este sangrado es la litiasis o piedras en el riñón. Asimismo, algunos tumores del urotelio (capa de tejido que cubre la uretra, vejiga, uréteres, próstata y pelvis renal) pueden ocasionar sangrado.
- Hematuria de origen vesical: cuando la sangre de la orina procede de la vejiga. Esta situación puede darse por infección urinaria, por presencia de piedras en la vejiga o por un tumor de vejiga.
- Hematuria prostática: los problemas de próstata como la hiperplasia benigna de próstata o la prostatitis son una de las principales causas de la presencia de sangre en la orina. También, aunque es poco habitual, el cáncer de próstata puede ocasionar hematuria.
Las causas de la hematuria dependen, en gran parte, del género y de la edad. En hombres a partir de los 40 años, la principal causa de la hematuria son los problemas de próstata y, en segundo lugar, las litiasis urinarias (piedras), seguidas por el tumor de vejiga. En mujeres, la principal causa es la infección de orina, las piedras en el riñón y el uréter, y el tumor vesical, especialmente desde que el consumo de tabaco se ha generalizado entre las mujeres.
Por otro lado, algunas lesiones de la uretra (conducto que lleva la orina desde la vejiga hacia el exterior del cuerpo) pueden producir la expulsión de sangre a través de la misma, pero ésta no se mezcla con la orina, sino que se produce independientemente de la micción. A esto se le denomina uretrorragia (no hematuria), que es una hemorragia de la uretra que se presenta en forma de goteo, chorro abundante y continuo o de coágulo (en este caso se suele eliminar al realizar un esfuerzo durante la micción). La causas de la uretrorragia pueden ser una lesión por sondaje vesical, el uso de instrumentación urinaria, una fractura pélvica o un traumatismo en el pene.
¿Qué hacer si tengo sangre en la orina?
Si detectas sangre en la orina es importante que lo consultes con tu médico. La hematuria debe estudiarse siempre, incluso cuando la sangre sea mínima o apareciera solo en una ocasión.
Aunque la mayoría de las veces la presencia de sangre en la orina no se traduce en ningún problema grave, existen algunos casos en los que la hematuria trae consigo enfermedades o situaciones potencialmente peligrosas que deben diagnosticarse lo antes posible.
Ante una situación de hematuria, el doctor hará, en primer lugar, una exploración física y una historia clínica. Posteriormente, se realizará una ecografía y un cultivo de orina.
En la mayoría de los casos, esas dos pruebas serán suficientes para determinar la causa del sangrado en la orina. Sin embargo, en los casos en los que no haya un diagnóstico claro tras esas exploraciones, serán necesarias otras pruebas como el TAC abdominal, la citología urinaria o el análisis de sangre, entre otros.
Tratamiento de la hematuria
Tras descubrir el origen de la hematuria se podrá llevar a cabo el tratamiento adecuado dirigido a curar la enfermedad que la está ocasionando.
Pocas hematurias exigen intervención para frenar el sangrado pero, cuando esto pasa, es necesario colocar una sonda vesical de tres luces para irrigación y lavado de la vejiga.
Será necesario también realizar un análisis de sangre para determinar si existe anemia y, en casos excepcionales, se requerirá transfundir concentrados de hematíes.