La prostatectomía es un procedimiento quirúrgico que consiste en la extirpación parcial o total de la glándula prostática. Este tratamiento se aplica tanto en casos de cáncer de próstata o, en ocasiones, de hiperplasia benigna de próstata. A continuación, te explicamos las diferentes técnicas de prostatectomía, sus características y cómo la tecnología ha revolucionado estos procedimientos.

Que la prostatectomía sea radical o simple depende del diagnóstico del paciente, el estadio de la enfermedad, los objetivos del tratamiento y las preferencias personales del paciente. Es importante que se discutan todas las opciones con el urólogo para determinar el tratamiento más adecuado para cada caso específico.

A continuación, te explicamos en qué casos se practica la prostatectomía radical y en cuáles se practica la parcial:

Prostatectomía radical

La prostatectomía radical es una intervención quirúrgica en la que se extirpa completamente la próstata y los tejidos circundantes, incluidas las vesículas seminales. Se considera el tratamiento quirúrgico estándar para el cáncer de próstata cuando se busca eliminar el tumor y prevenir su diseminación.

Además de la extirpación de la próstata, se puede realizar una linfadenectomía en el mismo acto quirúrgico. Esto implica la extracción de los ganglios linfáticos pélvicos regionales para analizar si el cáncer se ha diseminado más allá de la próstata. Este procedimiento es crucial en pacientes con riesgo alto de metástasis, ya que permite una estadificación precisa del cáncer y puede influir no sólo en el pronóstico sino también en el plan de tratamiento posterior.

La prostatectomía radical se puede practicar en las siguientes situaciones:

1. Cáncer de próstata localizado: cuando el tumor está confinado dentro de la glándula prostática y no se ha diseminado a otras partes del cuerpo. El objetivo es eliminar completamente el cáncer y prevenir su progresión.
2. Cáncer de próstata localmente avanzado: Si el tumor está comenzando a extenderse fuera de la próstata (por ejemplo, hacia los tejidos adyacentes), pero sigue siendo posible plantear su resección completa.
3. Cáncer de próstata avanzado: Algunos estudios recientes plantean esta opción como tratamiento conjunto a las terapias hormonales en estos casos

Prostatectomía simple

La prostatectomía simple o, más correctamente, tratamientos parciales de la próstata, implica la extirpación de una parte de la glándula prostática. Estas técnicas se realizan en situaciones específicas, como:

1. Cáncer de próstata localizado de riesgo bajo: En casos excepcionales, cuando el cáncer afecta solo una pequeña parte de la próstata y se trata de tumores de bajo riesgo, se puede llegar a considerar que una resección parcial puede ser suficiente. Sin embargo, no suele ser la opción preferida para el cáncer de próstata, ya que sólo se debe plantear en casos de bajo riesgo y con condiciones determinadas del paciente.
2. Hiperplasia Prostática Benigna (HPB): Se realiza en la mayoría de los casos cuando el crecimiento benigno de la próstata causa síntomas severos que no han respondido a tratamientos menos invasivo.

Técnicas de prostatectomía

Existen varias técnicas quirúrgicas para llevar a cabo una prostatectomía. La elección de esta depende de factores como el estado de salud del paciente, el estadio del cáncer, la experiencia del equipo quirúrgico y las preferencias personales del paciente. Las principales opciones son:

1. Prostatectomía radical abierta: Esta técnica más tradicional que implica realizar una incisión en el abdomen o el perineo para acceder a la próstata. Aunque es efectiva es mucho más invasiva que otros métodos, lo que implica un tiempo de recuperación más prolongado y una mayor tasa de efectos secundarios funcionales para el paciente.

2. Prostatectomía radical laparoscópica: En esta técnica, se realizan pequeñas incisiones en el abdomen a través de las cuales se introducen instrumentos quirúrgicos y una cámara para visualizar la zona. La prostatectomía laparoscópica reduce la invasión quirúrgica, lo que resulta en menos dolor postoperatorio, una recuperación más rápida y cicatrices más pequeñas, además de minimizar los mencionados efectos secundarios funcionales.

3. Prostatectomía radical robótica asistida: Es una evolución de la laparoscópica. Utiliza diferentes plataformas robóticas, como el Da Vinci o Hugo RAS, que permiten al cirujano manejar los instrumentos con una precisión milimétrica desde una consola. Esta técnica es altamente eficaz para preservar las funciones sexuales y miccionales, lo que disminuye el riesgo de efectos secundarios como incontinencia urinaria o disfunción eréctil. Es considerada, en el momento actual, una de las opciones más avanzadas y precisas disponibles.

Tratamientos alternativos a la prostatectomía radical en cáncer de próstata

Para el tratamiento del cáncer de próstata localizado existen varias alternativas a la prostatectomía centradas en eliminar o controlar el cáncer mientras minimizan los efectos secundarios, como la incontinencia urinaria o la disfunción eréctil. Entre las principales alternativas se encuentran:

1. La vigilancia activa. Implica monitorizar de manera estricta el cáncer con análisis de PSA, biopsias y resonancias magnéticas de manera regulares, sin iniciar tratamiento inmediato. Indicado en hombres con cáncer de bajo riesgo (tumores pequeños y de crecimiento lento) o en pacientes mayores o con problemas de salud que podrían no tolerar tratamientos más agresivos.

2. La radioterapia. Utiliza radiación para destruir las células cancerosas en la próstata. Se puede administrar desde fuera del cuerpo (radioterapia externa) o implantar pequeñas semillas radiactivas dentro de la próstata (braquiterapia). Es una alternativa para pacientes que no desean o no pueden someterse a cirugía.

3. La terapia focal. Consiste en destruir exclusivamente las áreas cancerosas dentro de la próstata, preservando el tejido sano circundante mediante diferentes técnicas como: HIFU (Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad), que son ondas de Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad que generan calor para destruir únicamente las células cancerosas preservando el tejido sano circundante; Crioterapia, que consiste en congelar y destruirlas células cancerosas con la introducción de sondas en la próstata; y la Electroporación Irreversible (IRE), que utiliza pulsos eléctricos para destruir las células malignas sin afectar los tejidos circundantes.

Tratamientos quirúrgicos de la Hiperplasia Benigna de Próstata

Para el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata existen diferentes técnicas como la resección Transuretral de la Próstata (RTU o TURP), la enucleación prostática con láser de holmio o láser de Tulio, o sistemas robóticos más modernos como la aquablación,

Todos ellos son procedimientos mínimamente invasivos mediante abordaje endoscópico, que permiten eliminar la zona de la próstata que está agrandada.  La elección de uno u otro procedimiento depende de varios factores relacionados con el paciente, las características de la próstata y la experiencia del equipo médico.

 

El urólogo valorará el tratamiento más adecuado en función de factores como las características de la enfermedad, la edad y el estado general de salud y las preferencias del paciente.

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