El dolor testicular crónico se define como aquel dolor, intermitente o constante, de uno o los dos testículos durante tres o más meses de duración en ausencia de infección u otras patologías probadas que puedan causarlo, tales como varicocele clínicamente significativo, masa testicular o hidrocele, y que interfiere con la calidad de vida diaria del paciente.
Una de las causas del dolor testicular crónico es la cirugía de vasectomía, conocido como “síndrome doloroso postvasectomía” y puede aparecer inmediatamente tras la cirugía o un tiempo después. La incidencia aproximada de este síndrome se estima en alrededor de 7 de cada 100 vasectomizados.
También puede aparecer dolor testicular crónico tras una cirugía de hernia inguinal, un traumatismo o cirugía abdominal. Cuando no se encuentra ninguna causa o desencadenante claro se denomina “dolor testicular crónico idiopático”.
¿Es frecuente el dolor testicular crónico?
El dolor testicular crónico supone aproximadamente el 3% de las visitas a la consulta de urología. Puede ser una afección frustrante de tratar tanto para los pacientes como para los urólogos.
El mecanismo causante del dolor no es bien conocido y se postula desde una obstrucción mecánica de los conductos eyaculadores con congestión del epidídimo, un atrapamiento o degeneración en los nervios periféricos, una formación de granulomas o a un tejido fibroso.
Los pacientes con dolor testicular crónico tienden a presentar distribuciones y características específicas del dolor y el cuadro puede tener otros síntomas acompañantes como la disfunción eréctil, dolor con las relaciones sexuales y/o eyaculación o síntomas urinarios.
¿Se puede tratar el dolor testicular crónico?
El dolor testicular crónico suele presentar una mala respuesta a los fármacos analgésicos habituales. Se han usado dosis bajas de ansiolíticos o antidepresivos (amitriptilina, nortriptilina), así como fármacos neuromoduladores como la gabapentina con buenas tasas de reducción del dolor en hasta el 80% de los pacientes.
Otra opción de tratamiento poco invasiva que ha demostrado buenas tasas de éxito en cuanto a la reducción del dolor es el bloqueo nervioso anestésico específico del cordón espermático debido a que alterarla vía del dolor aferente. Esta opción puede utilizarse como procedimiento de diagnóstico, ya que confirma una fuente neural de dolor, y como procedimiento terapéutico.
Anatómicamente, el nervio ilioinguinal procede de la primera rama lumbar y 12 rama torácica y es responsable de la inervación del músculo cremastérico así como de dirigir la sensibilidad al contenido escrotal y a piel de la base del escroto. Un grupo de fibras siguen el recorrido del cordón espermático y recogen sensibilidad del contenido escrotal. El nervio ilioescrotal penetra en el escroto a través del borde anterolateral del cordón espermático y como emerge de su raíz externa es accesible al bloqueo anestésico farmacológico. Al realizar un bloqueo del nervio ilioinguinal no se produce una anestesia sensitiva de la piel escrotal. Las complicaciones durante el procedimiento del bloqueo del cordón espermático son muy raras o inexistentes.
Tratamiento quirúrgico para los pacientes con dolor testicular crónico
Para los pacientes que no responden al tratamiento conservador, se han descrito diferentes procedimientos quirúrgicos como la extirpación del epidídimo, con tasas de éxito muy variables, la recanalización de los conductos deferentes en caso de dolor postvasectomía o incluso la extirpación del testículo.
Por último, la microdenervación del cordón espermático es una opción bien estudiada y debe considerarse si no hay una fuente identificable y reversible de dolor testicular, cuando fallan las medidas anteriores y si hay una respuesta positiva pero pasajera al bloqueo del cordón espermático.
En nuestro equipo médico, contamos con amplia experiencia en el tratamiento de esta entidad. Te asesoraremos de la mejor opción terapéutica para ti.