El cáncer de vejiga es el quinto cáncer más diagnosticado en España, por detrás de los cánceres colorrectal, mama, pulmón y próstata. Según cifras recogidas por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en el último año se han detectado más de 22.000 casos de cáncer de vejiga en nuestro país y se da con mayor frecuencia en hombres mayores de 40 años, aunque también hay casos en personas de menor edad.

La edad, el tabaco y la exposición a pinturas industriales, tintes, aluminio, petróleo y caucho, entre otros, son factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer cáncer de vejiga, siendo el tabaquismo el factor causante del 50% de los casos, ya que hace que se acumulen sustancias químicas nocivas en la orina que pueden dañar el revestimiento de la vejiga, aumentando el riesgo de cáncer.

En España, una de cada cinco personas fuma a diario y, a pesar de que el tabaquismo es el principal factor de riesgo para el cáncer de vejiga, la población aún no es consciente de esta relación, a diferencia de lo que ocurre con el cáncer de pulmón.

Por otro lado, pacientes que llevan sondajes crónicos o con litiasis pueden tener una incidencia incrementada de cáncer vesical. En estos casos, los tumores suelen ser del subtipo escamoso, que se produce por un cuerpo extraño en el interior de la vejiga. La presencia de dicho cuerpo extraño genera una situación de estrés crónico para las células uroteliales, que son las que de forma normal revisten la vejiga. Esta situación da lugar a que estas células se diferencien al subtipo escamoso como respuesta a la agresión, pudiendo derivar en un tumor si tras la diferenciación se produce un crecimiento incontrolado.

Gracias a que con frecuencia los síntomas, especialmente la hematuria o sangrado en orina, aparecen de forma precoz, la mayoría de los cánceres de vejiga se diagnostica en etapa temprana, cuando el cáncer aún no ha infiltrado el músculo de la vejiga (no músculo-invasivo) y es altamente tratable. Sin embargo, a pesar de haber tratado el cáncer en una fase inicial, el tumor de vejiga tiende a reaparecer con el tiempo. Por este motivo, es importante realizarse pruebas de seguimiento de por vida para detectar a tiempo la reaparición del cáncer de vejiga.

Mientras el cáncer no infiltre el músculo no hay riesgo de metástasis pero, si esta invasión se produce, el pronóstico es grave ya que incluso tratando con cirugía radical y quimioterapia, la supervivencia a 5 años puede ser menor del 50% según lo avanzado que esté el cáncer.

Afortunadamente, como comentábamos con anterioridad, el cáncer vesical suele avisar en su fase inicial presentando una serie de síntoma como sangre en la orina (hematuria), dolor al orinar o urgencia para orinar. Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas es importante que consulte con su médico o urólogo.