La salud sexual es un componente esencial del bienestar humano. No se trata únicamente de la ausencia de enfermedades o disfunciones, sino de la posibilidad de vivir la sexualidad de forma segura, satisfactoria, libre de miedos, prejuicios o limitaciones. En el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Salud Sexual que se celebra hoy, 4 de septiembre, es un momento perfecto para recordar que la urología desempeña un papel crucial en este ámbito, especialmente en el caso de los hombres.

El urólogo no solo se ocupa de riñones, vejiga o próstata, sino que también abarca los aspectos íntimamente relacionados con la función sexual y reproductiva. De hecho, muchas consultas urológicas están vinculadas a problemas que afectan directamente la vida sexual: disfunción eréctil, eyaculación precoz, infertilidad masculina, infecciones de transmisión sexual (ITS) o secuelas de cirugías oncológicas. Estos problemas, además de su dimensión médica, impactan en la autoestima, las relaciones de pareja y la calidad de vida en general.

El especialista no se limita a tratar síntomas, sino que acompaña al paciente en la recuperación integral de su salud sexual. Esto implica un abordaje multidisciplinar que incluye prevención, diagnóstico precoz, tratamientos innovadores y, sobre todo, la reivindicación del derecho a mantener una sexualidad plena en todas las etapas de la vida.

A menudo, los hombres posponen la consulta por vergüenza, desconocimiento o por asumir que los problemas sexuales son “normales con la edad”. Sin embargo, la evidencia médica muestra que gran parte de estas alteraciones tienen tratamiento eficaz y que una atención temprana no solo mejora la función sexual, sino que también puede ser un indicador temprano de enfermedades cardiovasculares, hormonales o metabólicas. Retrasar o evitar la consulta con el urólogo no solo prolonga la afectación en la calidad de vida, sino que también puede significar perder una oportunidad de oro para detectar otros problemas de salud. Por eso, ante cualquier alteración en la función sexual es fundamental acudir al médico sin demora.

Los especialistas enfatizan que hablar abiertamente sobre sexualidad con el profesional sanitario permite desmitificar estas disfunciones, además de detectar a tiempo enfermedades subyacentes que podrían estar causando el problema. La consulta de urología debe ser un espacio de confianza donde el paciente se sienta cómodo para discutir temas íntimos; ninguna pregunta está prohibida ni ningún síntoma debe dar vergüenza. Al fin y al cabo, la salud sexual es parte de la salud global y atenderla forma parte de una actitud proactiva y responsable hacia el propio bienestar.

En definitiva, la urología reafirma que toda persona tiene derecho a una vida sexual segura, saludable, digna y gratificante. Y ese derecho debe ser protegido, respetado y promovido en cada consulta, en cada tratamiento y en cada mensaje que acerque la medicina a la sociedad.