El reflujo vesicoureteral (RVU) es una condición común en la infancia que afecta el sistema urinario de los niños, en la que se produce el paseo de orina desde la vejiga hasta el tracto urinario superior, es decir en sentido opuesto al funcionamiento normal. Esto puede ocurrir durante el llenado vesical o durante la micción y llevar a infecciones urinarias febriles y en casos más graves, a daño renal.
El RVU suele ser congénito, aparece a menudo con carácter familiar y afecta al 1-2% de los niños. Aunque muchas veces el reflujo vesicoureteral se resuelve por sí solo a medida que los niños crecen, en algunos casos puede requerir tratamiento quirúrgico.
Síntomas del reflujo vésicoureteral en niños
En muchos casos, el reflujo vésicoureteral no causa síntomas evidentes y se descubre durante una evaluación ecográfica de rutina o después de una infección urinaria febril. Sin embargo, en casos graves, pueden presentarse los siguientes signos:
- Fiebre recurrente sin causa aparente
- Infecciones del tracto urinario recurrentes
- Dolor abdominal o ardor al orinar
- Presencia de sangre en la orina
- Hipertensión o afectación de la función renal
Es importante tener en cuenta que estos síntomas también pueden estar asociados con otras patologías, por lo que es fundamental establecer un diagnóstico tras el estudio completo.
Causas
El reflujo vésicoureteral ocurre porque hay un fallo en el mecanismo que normalmente evita que la orina regrese hacia los riñones. Esto puede ocurrir por varias razones:
- Reflujo primario: Es el más frecuente y ocurre porque en la unión entre el uréter y la vejiga, hay un fallo congénito del mecanismo antirreflujo.
- Reflujo secundario: Ocurre en todas aquellas situaciones en las que hay otra causa que predispone al reflujo, como la disfunción vesical.
Complicaciones asociadas
Si el reflujo vésico-ureteral no se trata adecuadamente, puede aumentar el riesgo de complicaciones:
- Pielonefritis recurrentes
- Daño renal
- Presión arterial alta
- Insuficiencia renal
Diagnóstico
El diagnóstico del reflujo vésico-ureteral generalmente se realiza mediante pruebas especializadas, como:
- Ecografía de riñón y vejiga. Esta prueba puede mostrar anomalías estructurales en los riñones y la vejiga y proporcionar una evaluación inicial del reflujo vésico-ureteral. Sin embargo, no es suficiente para confirmar el diagnóstico y se requieren pruebas adicionales.
- Cistouretrografía miccional seriada. Es una prueba que permite visualizar el flujo de la orina en tiempo real mediante radiografías o ultrasonido. Esta prueba ayuda a determinar si existe reflujo y qué grado de severidad presenta.
- Cistoscopia. Es un procedimiento en el que, bajo anestesia general y mediante un cistoscopio se examina la vejiga y los uréteres, permitiendo visualizar directamente el interior de la vejiga y detectar cualquier anomalía. Durante este procedimiento se realiza además el tratamiento del mismo.
- Análisis de orina y cultivo. Esta prueba puede revelar la presencia de infecciones recurrentes o sangre en la orina. En los lactantes y niños de corta edad, puede ser necesaria una muestra obtenida por sonda vesical.
Estas pruebas ayudarán a determinar la gravedad del reflujo y a planificar el tratamiento adecuado.
Grados del reflujo vésico-ureteral
El reflujo vésico-ureteral se clasifica en cinco grados según la severidad del mismo.
- Grado I. Reflujo mínimo en los uréteres, sin dilatarlos.
- Grado II. Reflujo hasta los uréteres, la pelvis renal y los cálices renales, sin dilatación.
- Grado III. El reflujo produce una ligera dilatación del uréter, la pelvis y los cálices renales, con preservación de los fórnix.
- Grado IV. Moderada dilatación ureteropielocalicial con cierto grado de tortuosidad manteniendo la visualización de las impresiones papilares
- Grado V. Gran dilatación ureteropielocalicial con tortuosidad grave, con pérdida de la morfología calicial normal y de la visualización de las impresiones papilares.
La clasificación del reflujo ayudará al especialista a determinar el tratamiento más adecuado para cada caso.
Tratamientos
El tratamiento del reflujo vésico-ureteral puede variar dependiendo de la gravedad de la condición y de otros factores individuales como la edad del niño. Algunas opciones de tratamiento incluyen:
- Antibióticos. Se utilizan en todos los casos, a dosis bajas, para prevenir infecciones urinarias y afectación del riñón.
- Tratamiento endoscópico: mediante un procedimiento ambulatorio y bajo anestesia general, se corrige el reflujo inyectando una sustancia en la vejiga que evita el retroceso de la orina.
- Cirugía. En casos más graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para corregir el reflujo.
- Control y seguimiento. Es importante realizar controles médicos periódicos para evaluar la evolución del reflujo y valorar la función renal.
El reflujo puede afectar la calidad de vida de los niños y sus familias. Sin embargo, con el tratamiento adecuado y un cuidado constante, habitualmente llevan una vida normal.
Consejos para el cuidado de los niños con reflujo vésico-ureteral
Si su hijo ha sido diagnosticado de reflujo vésico-ureteral, es importante seguir las recomendaciones médicas y tomar algunas precauciones adicionales:
- Administre el antibiótico en dosis única nocturna según las indicaciones médicas
- Estimule a su hijo a beber suficiente agua para mantener una buena hidratación
- Evite el estreñimiento, ya que puede favorecer la infección de orina
Mantenga una buena higiene personal y enséñele a su hijo la importancia de lavarse las manos regularmente.