Tras 30 años de experiencia, conocemos bien tus preocupaciones.
La hiperplasia benigna de próstata (HBP) no es un cáncer ni aumenta el riesgo de padecerlo, por lo tanto, no es una enfermedad peligrosa en sí misma. Sin embargo, si no se trata adecuadamente, puede llegar a provocar complicaciones importantes que sí afectan seriamente la salud y la calidad de vida. Entre las posibles consecuencias de una HBP no controlada están: retención urinaria aguda (incapacidad de orinar), infecciones urinarias recurrentes, formación de cálculos en la vejiga, daño progresivo en la vejiga o los riñones. Por eso, aunque no sea maligna, sí requiere atención médica y seguimiento urológico. Con diagnóstico precoz y tratamiento adecuado, la HBP se puede controlar eficazmente y evitar complicaciones.
Si una HBP no es tratada a tiempo puede causar complicaciones más graves como el sangrado en la orina. Pero es más común en enfermedades como infección de orina; cáncer de vejiga, próstata o riñón; alguna enfermedad o lesión renal, etc. Es vital que vaya al médico cuanto antes.
La próstata nos ayuda a mantener una buena continencia urinaria. Además, produce gran parte del líquido seminal, que es como la “gasolina” para los espermatozoides.
Hay muchos, pero algunos de los más comunes son: levantarse a orinar por la noche, orinar muchas veces al levantarse por la mañana, que se caigan unas gotas al terminar de orinar, chorro miccional flojo, tener que hacer fuerza para empezar a orinar.
El cáncer de próstata en fases iniciales suele no presentar síntomas, por lo que la única forma de detectarlo precozmente es mediante revisiones médicas. Las pruebas principales son el análisis de PSA en sangre y el tacto rectal. En fases avanzadas pueden aparecer síntomas como dificultad para orinar, aumento de la frecuencia urinaria, sangre en la orina o dolor óseo. Si tienes más de 50 años, o antecedentes familiares, es recomendable acudir al urólogo aunque no tengas molestias.
El cáncer de próstata es curable, especialmente cuando se detecta en fases tempranas. Si el tumor está localizado, las tasas de curación superan el 90 % con tratamientos como cirugía, terapia focal o radioterapia. En casos avanzados, aunque no sea curable, existen terapias muy eficaces que permiten controlarlo durante años. La detección precoz es fundamental para aumentar las posibilidades de curación. Por eso, se recomienda realizar revisiones urológicas periódicas a partir de los 50 años (o antes si hay antecedentes familiares).
La operación robótica se recomienda en una variedad de situaciones donde sus ventajas pueden mejorar significativamente los resultados para el paciente en comparación con la cirugía abierta o laparoscópica tradicional. Se considera especialmente beneficiosa en procedimientos complejos donde se requiere una alta precisión y destreza quirúrgica en espacios reducidos, en pacientes con comorbilidades y/o cuando se busca preservar la función urinaria o eréctil.
Es normal sangrar después de una biopsia de próstata durante una o dos semanas, dependiendo del tipo de sangrado. Puede haber sangre en la orina, en las heces o/y en el semen.
No, un cultivo de orina no detecta cáncer, ya que su propósito es identificar infecciones urinarias mediante la presencia de bacterias. Sin embargo, otras pruebas de orina, como el análisis general de orina o la citología urinaria, pueden sugerir la presencia de cáncer al detectar sangre o células anormales en la orina. Si hay sospecha de cáncer en el sistema urinario, se requieren estudios adicionales como pruebas de biomarcadores, ecografías, tomografías o biopsias para confirmar el diagnóstico. Si detectas sangre en la orina sin causa aparente es fundamental acudir al médico para una evaluación más detallada.
Por lo general, cuando los tumores son músculo-invasivos y no han llegado a trasladarse, sino que están localizados en la vejiga, hay que extirpar la vejiga y derivar la orina con una bolsa hacia la piel. En pacientes muy seleccionados y con unas características específicas del tumor, se pueden emplear diferentes técnicas de neovejiga.
Hay que vivir con él. Sí es cierto que se puede operar, pero en el futuro puede reaparecer y por tanto hay que someterse a revisiones para atajarlo a tiempo. La clave está en tenerlo controlado.
La mayoría de los pacientes no llegan a los dos años. Ahora hay nuevos tratamientos con inmunoterapias que están consiguiendo supervivencias más largas.
La operación robótica se recomienda en una variedad de situaciones donde sus ventajas pueden mejorar significativamente los resultados para el paciente en comparación con la cirugía abierta o laparoscópica tradicional. Se considera especialmente beneficiosa en procedimientos complejos donde se requiere una alta precisión y destreza quirúrgica en espacios reducidos, en pacientes con comorbilidades y/o cuando se busca preservar la función urinaria o eréctil.
Es una posibilidad, aunque no es siempre así. Muchos hombres jóvenes preservan esperma antes de la cirugía para poder disponer de espermatozoides sanos en el momento que se planteen tener descendencia.
Es una prótesis de silicona que se coloca en lugar del testículo para que el impacto estético sea mínimo. Las hay de varios tamaños para colocar el tipo de prótesis más acorde a la anatomía de cada persona.
Tras la cirugía del cáncer de testículo, cuando sepamos qué tipo de tumor te está afectando, empezaremos con el tratamiento sistémico. Incluso con metástasis, el tumor de testículo se cura en la mayoría de casos
El cirujano intentará por todos los medios que no sea así, con tratamientos y cirugías conservadoras.
Lo más probable es que no sea nada pero es mejor no confiarse. El tumor de pene a veces crece muy despacio y da pocos síntomas.
Solo en algunos casos, cuando el tumor es avanzado. Si el tumor es cogido a tiempo, el tratamiento es mucho menos agresivo.
Es muy poco probable, pero te aconsejamos una revisión para estar seguros.
Para saber si un quiste en el riñón es maligno es importante realizar una serie de estudios y evaluaciones médicas. Los pasos más comunes para determinar la naturaleza de un quiste renal son: Ecografía renal: La ecografía puede mostrar la forma y el tamaño del quiste, así como la presencia de cualquier característica sospechosa, como paredes irregulares o líquido no homogéneo. Tomografía computarizada (TC): Si el quiste tiene características sospechosas en la ecografía, se puede hacer una tomografía computarizada para obtener imágenes más detalladas. Esto ayuda a identificar si hay masas sólidas dentro del quiste o cambios en sus paredes que sugieran malignidad. Resonancia magnética (RM): es útil para caracterizar mejor el quiste y puede proporcionar información adicional sobre su composición. Esto es s particularmente útil si se tiene duda tras la tomografía. Clasificación de Bosniak: El sistema de clasificación de Bosniak es utilizado para categorizar los quistes renales en función de su apariencia en las imágenes y ayudar a determinar el riesgo de malignidad. Biopsia: En algunos casos, si se sospecha que el quiste es maligno o si las pruebas de imagen no son concluyentes, se puede realizar una biopsia renal para obtener una muestra del tejido y examinarlo bajo el microscopio. En general, los quistes renales benignos no causan síntomas. Sin embargo, si un quiste se vuelve grande, puede causar dolor en la espalda o en el abdomen. Si el quiste es maligno, puede haber síntomas adicionales como sangre en la orina, pérdida de peso inexplicada o fatiga.
El cáncer de riñón no presenta síntomas hasta que hay crecimiento tumoral. Cuando ya se ha dado un crecimiento del tumor los síntomas suelen ser dolor, aparición de masa abdominal o sangre en la orina.
Se suele relacionar con el tabaquismo y la obesidad. Aunque también existen otros factores de riesgo como la edad o antecedentes familiares de primer grado que pueden influir.
Las zonas más frecuentes a las que se puede diseminar el cáncer de riñón son los huesos, el hígado, los pulmones, el cerebro y los ganglios linfáticos distantes.
Cuando hay problemas de próstata, puede manifestarse dolor en varias zonas del cuerpo dependiendo de la afección específica y su gravedad. Las causas más comunes del dolor son la prostatitis y el cáncer de próstata avanzado. A continuación, concretamos las zonas en las que puede aparecer el dolor: - En el periné (zona entre el ano y los genitales): cuando hay prostatitis - Zona baja del abdomen, especialmente si hay una obstrucción urinaria debido a un agrandamiento de la próstata. - Zona lumbar: en el cáncer de próstata avanzado, el dolor puede irradiarse a la espalda baja debido a metástasis óseas. También puede aparecer en prostatitis crónica debido a la inflamación persistente. - Ingle y muslos internos: algunas afecciones prostáticas pueden generar dolor que irradia hacia la ingle o los muslos internos, debido a la presión sobre los nervios cercanos. - Testículos y pene: algunas formas de prostatitis pueden causar dolor en los testículos o la base del pene, ya que la inflamación puede afectar los nervios y tejidos cercanos. - Ano o recto: la próstata está muy cerca del recto, por lo que la inflamación puede generar dolor rectal o sensación de presión. Puede sentirse más al estar sentado por períodos largos.
Las ondas de choque contribuyen a regenerar los vasos sanguíneos a nivel de los músculos perineales, lo que permite disminuir la inflamación de la próstata y las contracturas musculares e incrementar el flujo sanguíneo de esta glándula.
La acupuntura mejora los síntomas de la prostatitis y puede considerarse como una alternativa terapéutica eficaz y segura.
En caso de no operarse las fístulas, la probabilidad de cicatrización espontánea es baja, aunque en ocasiones pueden cerrar con colocación de una sonda vesical. Sin embargo, el tiempo requerido no es corto, necesitándose varias semanas.
El tratamiento va desde maniobras conservadoras como poner una sonda vesical a la necesidad de operación. El tipo de cirugía depende del origen y tamaño de la fístula pudiendo requerir un abordaje vaginal, abdominal o laparoscópico. En casos de fístulas del aparato urinario con el digestivo, puede requerirse una colostomía, es decir, una bolsa para recoger las heces.
En caso de radioterapia, las fístulas suelen tener un tratamiento más complejo. La radioterapia es un tratamiento eficaz en múltiples tumores y sus complicaciones son raras. Sin embargo, en ocasiones aisladas, sobre todo asociada a cirugía pélvica, aumenta el riesgo de desarrollo de fístulas del aparato urinario con la vagina o el tubo digestivo.
En primer lugar, debe realizarse una valoración por un urólogo especialista en urología reconstructiva. Este evaluará adecuadamente el cuadro para plantear el tratamiento individualizado.
No. Lo más común es que sea una placa de fibrosis. Típicamente aparece en el pene y es levemente dolorosa a la exploración.
Existen varios tratamientos que pueden mejorar la incurvación, desde terapias no invasivas hasta cirugía. Es necesario entender en qué fase del Peyronie estamos y qué síntomas tenemos para plantear el mejor tratamiento para cada caso
Sí, aunque como última opción. Cuando existe una curva muy importante o el Peyronie se acompaña de problemas de erección, a veces la única alternativa es la cirugía
No existen “pastillas mágicas” pero sí disponemos de algunos tratamientos vía oral que mejoran algunos aspectos de la enfermedad de Peyronie
30 minutos de ejercicio físico diario, una alimentación saludable y equilibrada y disminuir el estrés pueden ayudar a mejorar la calidad de las erecciones.
Trata de recuperar la confianza en ti mismo afrontando el problema. Alejarte solo aumentará la aprensión y evitará cualquier forma de intimidad con tu pareja. Ten paciencia, recuperar la autoestima es un proceso gradual. Saborea los momentos íntimos en pareja y disfruta de los momentos preliminares.
Cuando todos los demás tratamientos hayan fracasado y el paciente no presente ninguna contraindicación.
Sí, son muy frecuentes especialmente a partir de los 40 años.
No es recomendable. Eso hará que dejes de producir testosterona por ti mismo y que dependas de la medicación. Si necesitas testosterona, es un medicamento muy seguro y eficaz; pero tomarla sin necesitarlo es un error.
Actualmente, en España, la mejor alternativa es un gel de testosterona que se aplica cada mañana sobre la piel y, pasado un tiempo, podemos proceder a testosterona inyectable.
El tratamiento con testosterona en hombres con hipogonadismo es muy seguro y tiene muy pocos efectos secundarios. Está demostrado que no aumenta el riesgo cardiaco ni el riesgo de padecer cáncer de próstata.
Algunos síntomas mejoran en pocas semanas, aunque otros pueden tardar hasta seis meses. El tratamiento mejora mucho el estado de salud general, pero no funciona rápidamente. Además, para complementar el tratamiento y que este sea más eficaz es necesario asociar hábitos de alimentación y ejercicio físico.
Sí. La rehabilitación del suelo pélvico puede ayudarte a tener mayor control sexual.
Aproximadamente hasta el 85% de los hombres mejoran. En nuestra experiencia, depende del nivel de control al inicio del tratamiento y del compromiso por parte del paciente.
En algunas situaciones existen procedimientos quirúrgicos que pueden mejorar el tiempo de coito, aunque es necesario que sepas los pros y contras.
Sí. La eyaculación precoz puede producir una situación incómoda con nuestras parejas y sentimientos negativos propios. Esto puede producirnos una situación de ansiedad que mine nuestra erección y bloquee nuestro deseo.
No, hay que tener precaución a través de algún otro método anticonceptivo en las relaciones hasta el siguiente análisis que confirme que ya no se pueden tener hijos. En general se suele realizar un seminograma 3 meses después de la vasectomía para asegurar el resultados, y hasta ese momento es posible ser fecundante.
Sí, es posible revertir una vasectomía. Sin embargo, deshacer una vasectomía es en un procedimiento muy complejo –llamado vasovasostomía- que logra repermeabilizar la vía seminal solo en el 50% de ocasiones.
El efecto secundario más común de la vasectomía es el dolor escrotal, que suele ceder con antiinflamatorios, aunque un 1% de hombres presentan dolor crónico.El sangrado es muy poco común y la infección es excepcional.
Sí, su eyaculación será igual con la diferencia de que ya no contiene espermatozoides. Pero desde el punto de vista de las características macroscópicas del esperma, este es completamente normal.
Después de una vasovasostomía, se recomienda abstenerse de mantener relaciones sexuales durante un período de 3 semanas. Este tiempo permite una adecuada cicatrización y reduce el riesgo de complicaciones, como la apertura de la sutura debido a las contracciones musculares intensas que ocurren durante la eyaculación. Es fundamental seguir las indicaciones de su médico y asistir a las consultas de seguimiento para asegurar una recuperación óptima antes de reanudar la actividad sexual.
Si va todo bien, lo normal es que se pueda ir el mismo día. Es una cirugía técnicamente compleja y relativamente larga, pero una vez terminada podría irse a casa a las pocas horas.
Si tras la vasovasostomía no se consigue repermeabilizar la vía seminal, el siguiente paso es la biopsia de testículo para obtener espermatozoides. De hecho, en muchas ocasiones son dos procedimientos que se realizan simultáneamente.
Al principio, puede notar el esperma de color rojo o marrón. Eso es debido a que la incisión y sutura de los deferentes puede sangrar, y eso puede teñir el esperma. Para confirmar la efectividad de la cirugía y la presencia de espermatozoides en el semen, se recomienda realizar un seminograma (análisis de semen) aproximadamente tres meses después del procedimiento. Este análisis evaluará la concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides, proporcionando información sobre la recuperación de la fertilidad.
Los 5 consejos más útiles son: no fumar, no beber alcohol, hacer ejercicio físico intenso, cuidar la alimentación (evitar los alimentos procesados) y evitar el sobrepeso. Todos estos factores mejoran tu salud y la probabilidad de mejorar tu fertilidad.
La infertilidad puede ser un problema emocional para la pareja. En este tema, nada es culpa de nadie. Escucha cómo se siente tu pareja sin juzgar y dile cómo te sientes tú.
Dependerá de la calidad del seminograma y de los óvulos. También dependerá de vuestra edad y de si ha existido fertilidad en algún momento. Ninguna técnica es la mejor para todo el mundo. Todas tienen pros y contras. Por eso, hablad con el experto en reproducción para entender las ventajas e inconvenientes de cada estrategia y poder tomar una decisión consensuada.
No. Desafortunadamente muchos hombres tienen un seminograma normal y pueden tener problemas para concebir, o al contrario. El seminograma nos orienta, pero no es definitivo.
Las prótesis de pene tienen una vida media estimada de alrededor de 10 años y una vez pasado este tiempo se puede cambiar la prótesis con una cirugía igual de sencilla que la primera.
Sí, tanto el deseo sexual, como sensación de orgasmo y la eyaculación seguirán siendo los mismos. La prótesis peneana se encarga de proporcionar una erección firme, pero no afecta directamente el proceso de la eyaculación. Por tanto, la prótesis de pene tpermite recuperar la función eréctil y disfrutar de una vida sexual satisfactoria, sin interferir en tu capacidad de eyacular.
No se incrementa la longitud del pene. Por el contrario, en algunos casos se observa un acortamiento de 1-2 cm. Algunos modelos de prótesis permiten un aumento del 10% de su tamaño al activarlas, para tratar de contrarrestar la pérdida en longitud de pene que produce la disfunción eréctil.
Las prótesis de tres componentes son prácticamente inapreciables, incluso estando desnudo. Las prótesis maleables, al elongar el pene, sí pueden notarse algo más, aunque no son en absoluto llamativas.
Eso va a depender de la ubicación de la estenosis, la longitud y las cirugías previas que hayamos practicado sobre esa estenosis. El primer paso es realizar una uretrotomía interna, pero en muchos casos habrá que realizar cirugías más agresivas.
No. El autosondaje puede ser una opción marginal en algunos pacientes pero no es un tratamiento eficaz para solucionar el problema en la mayoría de personas.
Puede deberse a razones congénitas, inflamatorias, infecciosas o traumáticas. También darse por tumores uretrales, enfermedades dermatológicas o procedimientos médicos que implican la introducción de un instrumento a través la uretra.
Si no se trata, la situación puede agravarse con el tiempo. A medida que aumenta la obstrucción, la vejiga comenzará a retener la orina, pudiendo producirse problemas como retención aguda de orina, divertículos vesicales, hidronefrosis, insuficiencia renal o cálculos en la vejiga, riñón o el uréter.
Una persona con piedras en el riñón puede hacer ejercicio físico y debe hacerlo, puesto que conlleva a una mejoría del metabolismo y se sabe que favorece la eliminación de solutos. Es cierto que la actividad física va a deshidratar más, sobre todo si es verano, teniendo que hidratarse más de lo normal por el líquido que se pierde haciendo deporte.
El postoperatorio va a depender del tipo de intervención que se haya realizado. Si se ha tratado con litotricia, el paciente no va a necesitar hospitalización, ya que es un procedimiento ambulatorio. Sin embargo, si se ha realizado una cirugía endoscópica, el paciente suele quedarse hospitalizado, al menos un día, con un catéter doble J puesto para proteger el riñón.
El catéter doble J presenta una serie de efectos secundarios como son molestia e irritación causadas por el extremo que tiene el catéter dentro de la vejiga. Para minimizarlos, además de indicar tratamiento médico, se procura que el tiempo que se tenga el catéter sea el menor posible.
El tiempo que una persona va a necesitar llevar un catéter doble J dependerá de la complejidad de la intervención. Normalmente, tras una cirugía ureteroscopia o una cirugía retrógrada intrarrenal, el tiempo oscila de una semana a 10 días. No obstante, si la cirugía es más compleja, posiblemente sea necesario llevar puesto el catéter alrededor de 15 días, pudiéndose prolongar ese periodo hasta los 21 días.
Sí. Existen medidas de protección para limitar el alcance de la incontinencia y que puedas hacer la vida lo más normal posible, pero nuestro consejo va a ser siempre llegar al diagnóstico para poder solucionarlo.
Sí, es muy común. A partir de los 40 años, un gran porcentaje de hombres tienen síntomas urinarios y eso puede asociar incontinencia. Realiza chequeos de próstata si tienes más de 50 años o si tienes algún síntoma urinario.
Sí. Existen distintas técnicas en función de la causa de la incontinencia y su gravedad. Generalmente, se trata de un último recurso porque hay otras opciones eficaces y seguras.
Sí, existen fármacos para la incontinencia urinaria de urgencia. Cuando existe imperiosidad o urgencia miccional existen varios medicamentos que pueden ayudar.
Por lo general se recomienda una vida activa, evitar sobrepeso y valoración por especialista en fisioterapia en suelo pélvico.
Básicamente si en tu día a día, ante hechos cotidianos como reír, estornudar o hacer un esfuerzo pierdes orina de forma involuntaria.
La mayoría de las pacientes con urgencia miccional no tienen incontinencia urinaria, pero debe consultarlo con un especialista.
La cantidad de líquidos ingeridos está directamente relacionada con la cantidad de orina que se produce. La cantidad adecuada es de al menos 1,5 litros teniendo en cuenta que todos los alimentos contienen un volumen variable de agua. En el caso de la incontinencia urinaria de esfuerzo, puede ser útil tener la precaución de vaciar la vejiga cuando se tenga previsto realizar alguna actividad que implique esfuerzo físico.
Además de medidas higiénico-dietéticas, existen fármacos orales y en parches específicos para el tratamiento de la vejiga hiperactiva. El uso de toxina botulínica también es útil para manejar la vejiga hiperactiva.
En caso de debilidad del suelo pélvico e incontinencia de esfuerzo, sí se realizan cirugías para en tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo. Sin embargo, en caso de vejiga hiperactiva no hay un claro tratamiento quirúrgico de la misma.
Los pacientes con vejiga hiperactiva muestran en el estudio urodinámico contracciones de músculo vesical detrusor durante el llenado, que permite el diagnóstico de detrusor hiperactivo. Además, el estudio urodinámico informa de la capacidad vesical, las capacidades elásticas de la misma, sobre cómo funciona el vaciado vesical y la presencia de incontinencia de orina de esfuerzo, entre otros.
La vejiga hiperactiva, a diferencia de la incontinencia urinaria de esfuerzo, no tiene un componente tan marcado con la edad, por lo que aparece también en personas jóvenes.
No, la infección de orina no se contagia. Es cierto que las relaciones sexuales en un factor de riesgo para desarrollarlas, pero no se trata de una enfermedad contagiosa.
Bebe mucha agua, evita lavarte compulsivamente la zona genital para evitar irritarla y favorecer la aparición de infección de orina. Asegúrate de estar bien lubricada durante la penetración en las relaciones sexuales, vacía por completo la vejiga al acabar las relaciones sexuales, evita pasar mucho tiempo con la zona genital húmeda en playas o piscinas, evita usar diafragmas o los condones sin lubricante o con espermicida como métodos anticonceptivos.
Exceso de secreción de flujo y picor. No suele provocar la necesidad de orinar frecuentemente. La existencia de dolor en la espalda y fiebre pueden indicar que la infección esté afectando el riñón y por ello, debe realizarse valoración médica y pautar un tratamiento adecuado. En muchas ocasiones el manejo puede realizarse en el domicilio con antibiótico.