El tratamiento va desde maniobras conservadoras como poner una sonda vesical a la necesidad de operación. El tipo de cirugía depende del origen y tamaño de la fístula pudiendo requerir un abordaje vaginal, abdominal o laparoscópico. En casos de fístulas del aparato urinario con el digestivo, puede requerirse una colostomía, es decir, una bolsa para recoger las heces.