Respecto a esto se han hecho muchos estudios. Lo que se ha logrado decir es que, si el agua que se bebe del grifo es buena, con poca calcificación, no habría problema en cuanto a la creación de cálculos. Si se trata de agua mineral, que se compra en los supermercados, es importante mirar la etiqueta y adquirir aquella que menos concentración de sodio contenga.