Los problemas derivados de este tipo de intervención son mínimos, en la mayoría de los casos inexistentes. Pueden ser escozor, irritación, sangrado en la orina o eyaculación retrógrada. La mayoría de los pacientes experimentan una recuperación rápida y una mejora significativa en los síntomas urinarios tras la cirugía con láser verde. No obstante, es fundamental seguir las indicaciones médicas y acudir a las consultas de seguimiento para asegurar una recuperación óptima.