Después del tratamiento, los pacientes suelen volver a casa en el mismo día. El tiempo de inactividad tras la intervención es mínimo y muchos pacientes experimentan un alivio de los síntomas en tan sólo dos semanas. Los pacientes pueden tener algunas molestias urinarias durante el periodo de recuperación. Los efectos secundarios más comunes pueden incluir sangre en la orina, algo de dolor o molestia al orinar, un aumento de las ganas de ir al baño y molestias en la pelvis que suelen resolverse entre dos y cuatro semanas después del procedimiento.