La terapia focal para el cáncer de próstata consiste en tratar únicamente el foco tumoral o focos tumorales de este órgano, evitando someter al paciente a un tratamiento radical como puede ser la prostatectomía radical, es decir, la extirpación completa de la glándula próstatica, o la radioterapia. Estas opciones terapéuticas han demostrado excelentes resultados oncológicos, pero asociando, en ocasiones, efectos secundarios que pueden afectar a la calidad de vida del paciente.
La terapia focal permite tratar únicamente la zona tumoral. Este tratamiento tiene como objetivo conseguir resultados oncológicos superponibles a las terapias radicales, pero minimizando los efectos secundarios (sobre todo en términos de disfunción eréctil e incontinencia urinaria) del paciente y, por tanto, disminuyendo el impacto que estas terapias pueden tener en su calidad de vida.
El procedimiento quirúrgico consiste en la aplicación de diferentes fuentes de energía (térmicas, potenciales eléctricos o radiación) para el tratamiento exclusivamente del área tumoral, preservando el resto de glándula prostática sana.
En la actualidad, los tres tipos de técnicas más utilizadas son:
La aplicación de los tratamientos es sencilla, mediante una sonda transrectal en el caso del HIFU y mediante la colocación de agujas transperineales en el caso de la IRE y crioterapia.
Initial experience with thulium fiber laser for prostate enucleation: Analysis of the intraoperative and short-term outcomes in a prospective, multicenter cohort