Con una buena historia clínica, unos cuestionarios y el apoyo de las siguientes pruebas diagnósticas en caso de necesidad podemos llegar a un diagnóstico preciso.
Para el diagnóstico de la incontinencia urinaria femenina, el médico debe preguntar sobre el momento en el que se produce el escape de orina para detectar si predomina la incontinencia por esfuerzos físicos o por tener que ir corriendo al servicio.
Contamos con cuestionarios y un diario que se da a los pacientes para que indiquen en qué situaciones se les escapa la orina y en qué cantidad. Esto nos ayuda a ver la repercusión que tienen estas pérdidas.
Para cuantificar de manera fiable la cantidad de orina que se escapa al día es necesario hacer hincapié en que la persona haga vida normal. Si en el momento en el que estamos cuantificando los escapes de orina, la paciente con sospecha de incontinencia urinaria de esfuerzo deja de hacer sus actividades por miedo a sufrir los escapes, posiblemente tenga menos escapes de los que tendría llevando una vida normal, siendo muy difícil realizar una cuantificación precisa.
Como en muchas ocasiones la incontinencia urinaria se asocia con infecciones de orina, se hace un análisis de orina con cultivo para descartar que se trate de esta patología tan prevalente.
Se realizará una ecografía para identificar que no haya nada de base, como alguna piedra en la vejiga o algún tipo de alteración en el vaciado, ya que al ser en su mayoría personas mayores, puede haber prolapso de la vejiga o del útero, condicionando también escapes de orina.
El estudio urodinámico no es necesario en todos los pacientes. Esta prueba nos dice, subjetivamente, cómo es la incontinencia de orina y ayuda mucho a distinguir el tipo de incontinencia.
Normalmente, se realizan las siguientes pruebas diagnósticas para descartar que haya otra afección, pero con una buena historia clínica y unos cuestionarios podemos llegar a un diagnóstico preciso.
La cantidad de líquidos ingeridos está directamente relacionada con la cantidad de orina que se produce. La cantidad adecuada es de al menos 1,5 litros teniendo en cuenta que todos los alimentos contienen un volumen variable de agua. En el caso de la incontinencia urinaria de esfuerzo, puede ser útil tener la precaución de vaciar la vejiga cuando se tenga previsto realizar alguna actividad que implique esfuerzo físico.
El tratamiento es individualizado en función del tipo de incontinencia y la gravedad. Se requiere un estudio para ver cuando aparece la incontinencia.
En general, es recomendable ejercicios del suelo pélvico realizados con un especialista en fisioterapia de suelo pélvico.
Por lo general se recomienda una vida activa, evitar sobrepeso y valoración por especialista en fisioterapia en suelo pélvico.
Aproximación diagnóstica y terapéutica de la nocturia en Atención Primaria.
Implante de esfínter urinario artificial para casos graves de incontinencia urinaria por esfuerzo.