En diagnóstico de la incontinencia urinaria masculina es muy importante hallar la causa del problema.
Para revertir totalmente el problema es necesario atacar a su causa. Con una buena historia clínica y unos cuestionarios podemos llegar a un diagnóstico preciso.
En una primera consulta clínica, el médico preguntará a la persona en qué momento se le escapa la orina para ver si predomina la incontinencia por esfuerzos físicos (incontinencia urinaria de esfuerzo) o la incontinencia de tener que ir corriendo al servicio (incontinencia urinaria de urgencia). En muchos pacientes existe un cuadro mixta de urgencia y esfuerzo. En ese caso es necesario tratar de entender cuál es el componente mayoritario y que domina el cuadro.
En algunas ocasiones, nos encontramos con incontinencia por rebosamiento, en hombres a partir de los 60-70 años en los que existen problemas obstructivos (hiperplasia de próstata, estenosis de uretra). En esa situación es posible diagnosticarlos en parte por la clínica (que suele ser más parecida a la incontinencia de esfuerzo) pero especialmente por la presencia de una retención crónica de orina.
Es importante recoger los datos mediante medidas estandarizadas, que nos servirán para comprender mejor qué le ocurre a cada hombre y para sentar la gravedad del problema. Para ello, contamos con cuestionarios y un diario que se le da al paciente para que indique las situaciones en las que se les escapa la orina y la cantidad que se les escapa. Esto servirá para ver la repercusión que tienen estas pérdidas.
De cara a evaluar la intensidad de la incontinencia urinaria se utilizan medidas cuantitativas más o menos exactas, como la cantidad de veces que la incontinencia de orina nos obliga a cambiarnos cada día o el número de compresas o absorbentes que usamos. Por otro lado, si queremos una estimación más precisa de las pérdidas, podemos determinarla mediante el PAD test. Se trata de usar un absorbente o absorbentes durante un día y pesarlos para determinar los gramos de orina (1 gramo es 1 mililitro) perdidos y, por tanto, la intensidad de la pérdida. Sin embargo, la estimación de la intensidad de la incontinencia de orina suele basarse mucho en la alteración de la calidad de vida que le produce al paciente.
Tras esta conversación, generalmente se dan dos niveles de diagnóstico:
Inicialmente, se realizarán pruebas para hallar el origen de la incontinencia y conocer su gravedad para objetivar la magnitud de la pérdida. Para hallar el origen se utilizan pruebas diagnósticas como ecografía renovesicoprostática, análisis de sangre con PSA y función renal y citología urinaria. Por otro lado, para conocer su gravedad se realizan test del pañal o PAD test.
En segundo lugar, en función de los resultados de la primera batería de pruebas, se pueden realizar otras exploraciones para tratar de entender en profundidad el origen de la afección. Estas pruebas son uretrocistoscopia, urodinamia y la resonancia magnética pélvica.
Normalmente, todas estas pruebas se realizan para descartar que no haya otra afección, pero con una buena historia clínica y unos cuestionarios podemos llegar a un diagnóstico preciso.
Aproximación diagnóstica y terapéutica de la nocturia en Atención Primaria.
Implante de esfínter urinario artificial para casos graves de incontinencia urinaria por esfuerzo.
Sí, no es tan común como en las mujeres, pero también nos puede afectar. Especialmente en hombres con problemas de próstata u operados de próstata la incontinencia es más o menos frecuente.
Sí. Fortalecer el suelo pélvico es muy eficaz a la hora de tratar la incontinencia urinaria, independientemente de la causa.
Algunas sustancias como la cafeína, alcohol, alimentos picantes o bebidas con gas, entre otros, pueden empeorar la incontinencia urinaria, pero siempre tenemos que buscar otras causas.
Sí. Existen medidas de protección para limitar el alcance de la incontinencia y que puedas hacer la vida lo más normal posible, pero nuestro consejo va a ser siempre llegar al diagnóstico para poder solucionarlo.