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Síntomas y causas Piedras en el Riñón

El 85-90% de las piedras aparecen asociadas a la dieta y a los hábitos de vida.

La mayoría de personas que sufren piedras en el riñón son asintomáticas. Es por ello que, hasta que no se mueven dentro del riñón o salen de él, apareciendo el conocido cólico nefrítico, no son conscientes.

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Síntomas de Piedras en el Riñón

La mayoría de las personas que sufren piedras en el riñón son asintomática. Es por ello que, hasta que las piedras o cálculos no se mueven dentro del riñón o salen de él -apareciendo el conocido cólico nefrítico- no son conscientes de que las tienen.

El dolor típico asociado a las piedras en el riñón es el del cólico nefrítico. Este dolor del que todo el mundo ha oído hablar, que comienza de forma súbita en la región lumbar, se irradia hacia la zona genital o abdominal y que puede venir asociado a la presencia de náuseas o vómitos, se produce cuando un cálculo o piedra se moviliza, obstruyendo la salida de la orina del riñón. Sin duda, el síntoma fundamental de presentación de una piedra. De hecho, no tiene por qué ser sólo de una piedra en el riñón, ésta puede estar en otra localización como el uréter, que es lo más habitual. El dolor del cólico nefrítico suele calmarse o disminuir aplicando calor o baños por inmersión en agua caliente. A diferencia del dolor de una lumbalgia, del dolor de espalda o de la contractura muscular, el dolor del cólico no se modifica cambiando de posición.

Dentro de la sintomatología que produce el cálculo renal, puede surgir también:

  • Fiebre, debido a una infección asociada.
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Sudoración, asociada a las náuseas.
  • Hematuria (sangre en la orina), a causa de la movilización de la piedra.

Causas de Piedras en el Riñón

Fundamentalmente, el 85-90% de las piedras aparecen asociadas a la dieta y por los hábitos de vida que se tienen hoy en día en el mundo occidental. Se bebe poca cantidad de agua y más cantidad de otras sustancias que pueden deshidratar o que tienen mucho azúcar, favoreciendo la presencia de cálculos. También unas dietas muy ricas en proteínas, con baja cantidad de frutas y verduras, siendo todo esto un caldo de cultivo que favorece la litogénesis, que es el nombre científico de la formación de los cálculos en la vía urinaria.

La mayoría de las piedras se forman por el síndrome metabólico, que además da hipertensión y diabetes. El espectro más frecuente que nos encuentran los especialistas en esta patología es hombre de mediana edad, hipertenso, obeso, y diabético.

Existe un tipo de cálculo muy concreto, con un porcentaje muy pequeño (menor al 1%), de cálculos asociados a la cistina, una enfermedad hereditaria que tiene una herencia autosómica recesiva. Puede haber una cierta asociación familiar en pacientes que tienen otras enfermedades con esa característica, que vienen asociadas, por ejemplo, al hiperparatiroidismo, los síndromes MEN, todas estas enfermedades endocrino-metabólicas que tienen su manifestación clínica con la formación de cálculos renales.

Los factores que aumentan el riesgo de desarrollar piedras o cálculos renales son:

  • Deshidratación. No beber suficiente agua todos los días o beber otras sustancias con alto contenido en azúcar puede aumentar el riesgo de tener litiasis.
  • Dietas. Las dietas ricas en proteínas, sodio y azúcar pueden favorecer la formación de algunos tipos de cálculos renales.
  • Obesidad. Un índice de masa corporal alto y el aumento de peso se pueden asociar con un incremento del riesgo de tener piedras.

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Investigación

Estudio comparativo entre láser de Holmium y láser superpulsado de Thulio para el tratamiento de la litiasis renal.

Nos preguntan

en la consulta sobre Piedras en el Riñón
Una persona con un catéter doble J puede hacer una vida más o menos normal en la medida en la que el catéter lo permita. Se recomienda beber abundante agua o líquido y evitar aguantarse mucho las ganas de orinar. En cuanto al ámbito laboral, un catéter doble J no impide trabajar, siempre y cuando el trabajo no sea excesivamente físico. Tampoco habría inconveniente en hacer ejercicio, pero podría tener asociadas una serie de consecuencias como sangre con la orina.
El tiempo que una persona va a necesitar llevar un catéter doble J dependerá de la complejidad de la intervención. Normalmente, tras una cirugía ureteroscopia o una cirugía retrógrada intrarrenal, el tiempo oscila de una semana a 10 días. No obstante, si la cirugía es más compleja, posiblemente sea necesario llevar puesto el catéter alrededor de 15 días, pudiéndose prolongar ese periodo hasta los 21 días.
El catéter doble J presenta una serie de efectos secundarios como son molestia e irritación causadas por el extremo que tiene el catéter dentro de la vejiga. Para minimizarlos, además de indicar tratamiento médico, se procura que el tiempo que se tenga el catéter sea el menor posible.
El postoperatorio va a depender del tipo de intervención que se haya realizado. Si se ha tratado con litotricia, el paciente no va a necesitar hospitalización, ya que es un procedimiento ambulatorio. Sin embargo, si se ha realizado una cirugía endoscópica, el paciente suele quedarse hospitalizado, al menos un día, con un catéter doble J puesto para proteger el riñón.
Una persona con piedras en el riñón puede hacer ejercicio físico y debe hacerlo, puesto que conlleva a una mejoría del metabolismo y se sabe que favorece la eliminación de solutos. Es cierto que la actividad física va a deshidratar más, sobre todo si es verano, teniendo que hidratarse más de lo normal por el líquido que se pierde haciendo deporte.

Equipo

de la unidad de Piedras en el Riñón