Para combatir los síntomas de la vejiga hiperactiva se debe empezar por probar cambios de hábito.
Por ejemplo: modificación de la dieta, estrategias de micción programada, técnicas de contención de la vejiga utilizando los músculos del suelo pélvico. Si estas pautas no ayudan lo suficiente, un médico puede evaluar si existe alguna causa específica y pautar el tratamiento adecuado.
Como primera medida para tratar la vejiga hiperactiva se recomienda realizar un programa de modificación de la conducta que incluya pautas higiénico-dietéticas.
Estos pueden adaptarse a las necesidades y capacidades de los pacientes. En la mayoría de los casos son eficaces y no se asocian a los efectos adversos, pero es necesaria la participación activa del paciente:
En caso necesario, las anteriores pautas pueden combinarse con tratamiento farmacológico.
Los medicamentos que relajan la vejiga pueden ser útiles para aliviar los síntomas de vejiga hiperactiva y reducir los episodios de incontinencia urinaria por urgencia: mirabegron, solifenacina, fesoterodina, desfesoterodina, tolterodina, oxibutinina, trospium.
Estos medicamentos pueden tener efectos secundarios como sequedad en ojos y boca (beber agua para calmar la sed puede agravar los síntomas de la vejiga hiperactiva) o estreñimiento (puede agravar los síntomas de la vejiga). Las presentaciones de liberación prolongada de estos medicamentos, como parches cutáneos o gel, pueden tener menos efectos secundarios.
El médico puede recomendar beber a sorbos pequeñas cantidades de agua, chupar un caramelo sin azúcar o masticar chicle sin azúcar para aliviar la sequedad de la boca, así como gotas en los ojos para mantenerlos húmedos. Para evitar el estreñimiento, el médico puede recomendarte una dieta rica en fibras o ablandadores de heces.
Por otro lado, a las mujeres con menopausia se les puede pautar estrógenos vaginales generalmente de forma tópica para ayudar a fortalecer los músculos y tejidos de la uretra y el área vaginal, mejorando notablemente los síntomas de la vejiga hiperactiva.
La toxina onabotulínica tipo A, también conocida como «bótox», es una proteína de las bacterias que ocasionan el botulismo. Esta proteína, utilizada en dosis pequeñas que se inyectan directamente en los tejidos de la vejiga para relajar los músculos.
Los efectos suelen durar seis meses o más, haciendo necesario repetir las inyecciones. Sus efectos secundarios pueden conllevar infecciones de las vías urinarias y retención de orina. Si estás considerando la posibilidad de someterte a tratamiento con bótox, debes poder cateterizarte y estar dispuesto a hacerlo en caso de que se produzca retención urinaria.
En casos que no responde a otros tratamientos puede plantearse neromodulación nerviosa. Entre ellas, se incluye la estimulación del nervio tibial posterior que se realiza de forma percutánea. Para ello se coloca una aguja fina a través de la piel cerca del tobillo para enviar la estimulación eléctrica de un nervio de la pierna (nervio tibial) a la columna vertebral, donde se conecta con los nervios que controlan la vejiga. Otra alternativa es la colocación de un neuromodulador de raíces sacras.
Si el paciente no puede vaciar la vejiga por completo, el uso periódico de un catéter para vaciarla le ayuda a hacer lo que no puede hacer por sí misma. El médico tendrá que indicar si este método es adecuado para cada caso.
La vejiga hiperactiva, a diferencia de la incontinencia urinaria de esfuerzo, no tiene un componente tan marcado con la edad, por lo que aparece también en personas jóvenes.
La vejiga hiperactiva se relaciona con contracciones involuntarias de músculo vesical, por lo que los ejercicios de rehabilitación van focalizados hacia la vejiga.
Los hombres también tienen síntomas de vejiga hiperactiva y debe plantearse tratamiento específico para ello.
Además de medidas higiénico-dietéticas, existen fármacos orales y en parches específicos para el tratamiento de la vejiga hiperactiva. El uso de toxina botulínica también es útil para manejar la vejiga hiperactiva.
Cirugía laparoscópica combinada para el tratamiento del prolapso de órganos pélvicos y la incontinencia urinaria recurrente