La incontinencia urinaria en el hombre puede darse por diversas causas como, por ejemplo, traumatismos pélvicos, hiperplasia benigna de próstata, cirugías de próstata, trastornos funcionales vesicales que pueden relacionarse con ictus, enfermedad de Parkinson, lesión espinal, esclerosis múltiple o vejiga hiperactiva.

Entre los distintos tipos de incontinencia urinaria en hombres, la más frecuente es la urgencia miccional que puede asociar incontinencia. Sin embargo, la que tiene especial relevancia es la incontinencia de esfuerzo, que suele relacionarse con intervenciones quirúrgicas sobre la próstata que afectan el mecanismo esfinteriano. En este sentido, la prevalencia de incontinencia urinaria tras prostatectomía radical en práctica clínica se estima en torno al 30% durante las primeras semanas tras la cirugía pero, en la mayoría de las ocasiones, mejora con el paso del tiempo. El porcentaje estimado de pacientes que van a requerir cirugía por incontinencia urinaria de esfuerzo tras prostatectomía radical es del 4%.

Entre los factores que influyen en la incontinencia urinaria masculina tras la cirugía se incluyen la edad y la técnica quirúrgica. En este sentido, tener menor edad y haberse sometido una técnica quirúrgica depurada se asocian con menor riesgo de incontinencia. Por este motivo, los abordajes mínimamente invasivos suelen conllevar menor tasa de incontinencia de orina.

Ante un varón que acude a consulta refiriendo incontinencia urinaria tras ser sometido a una prostatectomía radical se recomienda valorar el tipo de incontinencia que presenta y estimar la gravedad de la misma. Un método para valorar el grado de incontinencia de forma objetiva es el test del pañal de 24 horas (pad test). Se trata de recoger las compresas/absorbentes utilizados en 24 horas durante una actividad física normal para su pesado.

Soluciones para la incontinencia urinaria en hombres

Ejercicios de suelo pélvico

Los ejercicios del suelo pélvico son el primer escalón de tratamiento en hombres con incontinencia tras prostatectomía radical. Se recomienda establecer su realización lo más precozmente posible y se asocian con tasas más altas de recuperación de la continencia.

Tratamiento quirúrgico

Si no existe respuesta con rehabilitación del suelo pélvico, o esta es insuficiente, suele plantearse un tratamiento quirúrgico. Existen diferentes alternativas que actúan por reposicionamiento de la uretra bulbar, compresión de la uretra bulbar u oclusión de la misma (esfínter urinario artificial).

A la hora de elegir el procedimiento, además del tipo y grado de incontinencia, es preciso tener en cuenta otros factores como el antecedente de radioterapia, el riesgo de recidiva o progresión del cáncer de próstata, la destreza manual el paciente o el estado de la funcionalidad vesical.

Entre las opciones quirúrgicas, el esfínter urinario artificial es el que presenta más estudios de su eficacia y complicaciones y el que se implanta con mayor frecuencia. Este dispositivo ofrece una tasa de éxito con un 59-90% de pacientes y una tasa de complicaciones del 15-30%. Entre las principales complicaciones se incluyen erosión uretral en el 7,5% de los pacientes, infección en el 6% y fallo mecánico en el 8-16%. Actualmente, se está desarrollando un sistema de esfínter que funcione de forma inalámbrica y que permita ajustar la presión sobre la uretra en función de la actividad y el momento del día.

Por otro lado, los slings pueden plantearse en hombres con incontinencia de esfuerzo leve-moderada, en pacientes sin antecedente de radioterapia con un test de reposicionamiento positivo. Estos actúan reposicionando la uretra bulbar y alargando la longitud de la uretra membranosa, permitiendo un incremento de la presión de cierre uretral en reposo. La colocación de slings se asocia a unas tasas de curación en torno al 70-80%.

Entre las posibles complicaciones asociadas al sling se encuentra la existencia de retención aguda de orina postquirúrgica, especialmente en hombres con alteraciones de la funcionalidad vesical. Existen dispositivos ajustables que actúan incrementando la presión de cierre uretral y comprimen la uretra. Pueden emplearse en varones con valores de pad test (prueba del pañal) de 24 horas mayor que en aquellos que se indica una malla fija. La tasa de éxito del mismo ofrece resultados del 72%. Entre las complicaciones se describen una tasa de explante de hasta el 11% en relación a falta de eficacia, dolor, erosión del puerto para relleno.