El cáncer de pene es un tumor con una prevalencia inferior en comparación a otros tipos de cáncer del aparato reproductor masculino como son el cáncer de próstata y testículos. En España se diagnostican alrededor de 450 nuevos casos al año.
Hay diferentes subtipos de cáncer de pene atendiendo, sobre todo, a la histología, es decir, a las células que lo producen. El más frecuente es el carcinoma escamoso, que comprende en torno al 50-60% de los casos de cáncer de pene. Este puede ser más o menos agresivo, depende del grado celular, es decir, un cáncer de pene escamoso puede ser causado por células con un grado 1 o células con un grado 3, que son más agresivas y, por tanto, tienen más probabilidad de producir metástasis y de un crecimiento más maligno, teniendo en cuenta que todo son lesiones malignas.
Nuestros especialistas en uro-oncología valorarán cada caso particular y proporcionarán un tratamiento individualizado con gran especialización quirúrgica, garantizando la excelencia en la atención de cada paciente.
Hay varios principios que cumplir cuando se lleva a cabo un tratamiento del cáncer de pene. En primer lugar, hay que realizar una rescisión completa del tumor e intentar dejarlo limpio, preservando el pene todo lo que podamos. El tratamiento se llevará a cabo cumpliendo todos los criterios oncológicos, es decir, quitando el tumor completamente o con la intención de quitar el tumor completamente, sin dejar ningún margen, pero siendo todo lo conservadores que podamos para que el paciente, tanto estética como psicológica como funcionalmente, no sea afectado.
En lesiones premalignas, como el carcinoma in situ, que pueden llegar a desarrollar un cáncer de pene, se puede llevar algún tipo de tratamiento tópico como 5-fluorouracilo o imiquimod, o láseres como el láser de CO2 u otros. Antes de llevar a cabo estos tratamientos hay que hacer una biopsia para confirmar que es un carcinoma in situ y que no hay un tumor más avanzado. Si es así, se puede realizar un tratamiento tópico o con láser. El inconveniente de estos tratamientos es que hay que hacer un seguimiento muy estrecho, ya que tienen más probabilidad de recaída. En caso de recaída habría que valorar si se repite este tratamiento o se hace una cirugía.
En cuanto a la cirugía, hay diferentes opciones dependiendo de dónde esté el tumor. Si está en el prepucio con una circuncisión se quedan los márgenes limpios. Si el tumor se encuentra en el glande, se realiza la cirugía de Mohs, que consiste en ir cortando capas que se van mandando al patólogo hasta que en una de ellas nos diga el patólogo que está limpia y que no hay tumor. Otras veces, con una lesión que esté en el glande o en el prepucio pero que con una circuncisión no sea suficiente, se reseca la lesión con un margen de seguridad. De este margen se puede mandar una muestra al patólogo, incluso durante la misma cirugía, para que nos diga si está limpio o no. En caso de que esté limpio, se acaba la cirugía y, en caso de que esté afectado, se sigue cortando más.
A veces, la lesión no permite quitar solamente la lesión y, por tanto, hay que hacer una glandectomía, es decir, se quita el glande, pero se conserva el resto del pene con la posibilidad de orinar a través de la punta del pene con una uretra que se aboca ahí. En tumores que están más avanzados, o que infiltran más, es cuando hay que plantearse una penectomía parcial o una penectomía radical, que consiste en quitar un trozo de pene más allá del glande o el pene entero. Siempre intentamos que la penectomía sea lo menos habitual posible.
Afortunadamente, la mayor parte de los hombres consulta de una forma precoz cuando nota una lesión en el pene y eso nos lleva a que la mayor parte de los pacientes puedan ser tratados sin penectomía.
En casos avanzados, en los que el cáncer de pene ha afectado los ganglios linfáticos hay que hacer una cirugía para quitar los ganglios inguinales. En casos mucho más avanzados se valora la quimioterapia basada en platinos, similares a las que se usan en cáncer de vejiga o de pulmón, pero es cierto que los pacientes con un tumor metastásico de pene no tienen buena supervivencia ni buena respuesta a los tratamientos de quimioterapia.