La resección transuretral de próstata es una intervención quirúrgica mínimamente invasiva que se emplea para el tratamiento de los síntomas causados por la hiperplasia benigna de próstata o agrandamiento prostático. El procedimiento se realiza por vía endoscópica y no produce cicatrices en el paciente.
¿En qué consiste la resección transuretral de próstata?
La rtu de próstata consiste en cortar -con un asa de corte- y extraer el tejido prostático que bloquea el flujo de la orina a través de un resectoscopio que se introduce por el meato (glande del pene) y atraviesa la uretra. En el extremo del instrumento se encuentra conectada una cámara de video de gran resolución que permite la exploración de la uretra, esfínter, próstata, cuello vesical y vejiga, así como un sistema de irrigación de líquido (glicina al 1.5 %) y otro de aspiración que ayudarán a extraer el material desplazado por el bisturí, la sangre liberada y los coágulos formados.
Este procedimiento se recomienda en los casos de hiperplasia benigna de próstata con una próstata no mayor de 60 gramos y puede durar hasta 1 hora, ya que más de ese tiempo puede ser tóxico por la glicina empleada.
Al terminar la intervención, se dejará una sonda durante unos 3 días aproximadamente si no hay complicaciones, hasta que la herida cicatrice y el paciente pueda orinar por su cuenta. Esta sonda, además de permitir vaciar la vejiga, tiene la función de hacer un lavado continuo de la vejiga y la uretra con una solución estéril que ayuda a prevenir la presencia de coágulos.
Beneficios inmediatos de la RTU de próstata
La intervención quirúrgica ayuda a disminuir los síntomas urinarios que produce la hiperplasia benigna de próstata. Entre estos:
- Necesidad imperiosa de miccionar.
- Problemas para iniciar la micción y con chorro débil.
- Micción muy frecuente, sobre todo durante la noche.
- Tiempo de micción prolongado.
- Infección recurrente de las vías urinarias.
El tratamiento oportuno de la HBP ayuda a prevenir otras complicaciones que puede causar la obstrucción urinaria como son las lesiones en la vejiga o en los riñones, formación de cálculos en la vejiga y posible presencia de sangre en la orina.
Efectos secundarios de la prostatectomía transuretral
A pesar de que la resección transuretral es un método mínimamente invasivo, puede presentar algunas complicaciones postoperatorias que requieren indicaciones específicas para evitar conflictos mayores.
Dificultad temporal para orinar. Es normal que se presenten problemas de micción durante los primeros días después de la cirugía. Mientras, deberá mantener la sonda para ayudar a vaciar la vejiga.
Eyaculación retrógrada, también conocido como orgasmo seco. Se produce cuando el semen se desplaza hacia la vejiga en vez de hacerlo hacia el exterior durante el orgasmo. Este proceso no es doloroso y no afecta el climax sexual. El semen es expulsado durante la micción.
Hemorragia intensa. El lecho prostático es una región muy vascularizada que muy excepcionalmente puede producirse hemorragias o formación de coágulos. Si la hemorragia persiste, se recurre a un lavado vesical. Las próstatas más grandes son más propensas a perder más sangre y, en el caso de perder mucha, podría necesitarse una transfusión sanguínea.
Estenosis uretral. La fricción del instrumental que se utiliza para realizar la rtu puede dañar la uretra y generar tejido cicatrizal que estrecha el conducto hasta el cuello de la vejiga. Esto se conoce como estenosis uretral y restringe la micción, con posible inflamación e infección. En caso de producirse, se necesita realizar otra cirugía para dilatar nuevamente la zona.
Infección urinaria. Se puede presentar de manera recurrente, sobre todo, cuando se mantiene la sonda por tiempo prolongado. Puede indicarse antibióticos durante la recuperación.
Incontinencia urinaria. Es una de las consecuencias poco comunes después de una RTU de próstata. De presentarse, se recomiendan ejercicios para fortalecer el suelo pélvico.
¿Cómo es el postpoperatorio después de un RTU de próstata?
Tras realizar una resección transuretral de próstata, el paciente permanece ingresado en el hospital entre dos y tres días y mantiene una sonda durante ese tiempo. Una vez retirada la sonda, el paciente puede orinar sin problemas y hacer su vida cotidiana con normalidad.
Estas son algunas de las recomendaciones en la recuperación del paciente:
- Beber mucho líquido, preferiblemente agua.
- No conducir durante unas 4 semanas aproximadamente.
- Evitar el alcohol, bebidas gaseosas y café.
- Realizar paseos moderados.
- Evitar levantar pesos y realizar ejercicios intensos.
- No montar en bicicleta.
- Evitar los baños termales y saunas.
- Mantener una dieta apropiada rica en fibra para evitar el estreñimiento.
- Evitar los anticoagulantes hasta que el médico lo indique.
- Evitar la actividad sexual durante 4 semanas.
Actualmente, existen otras técnicas modernas para el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata como son los láseres de Holmium y Tulio, Aquabeam y Rezum. El urólogo valorará la mejor opción teniendo en cuenta las preferencias del paciente.