El cáncer de próstata es una enfermedad por la que se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos de la próstata. La próstata es una glándula del aparato reproductor masculino cuya función es elaborar un líquido que es parte del semen. La próstata se ubica debajo de la vejiga y rodea parte de la uretra. Su tamaño es casi como el de una nuez.
La incidencia del diagnóstico de cáncer de próstata varía mucho entre las distintas zonas geográficas, pudiendo esto estar en relación con factores étnicos, envejecimiento de la población, pues dicha incidencia depende principalmente de la edad, y el uso rutinario del PSA para el screening de este tipo de tumor.
Los antecedentes familiares y étnicos se asocian a una mayor incidencia de cáncer de próstata, lo que sugiere una predisposición genética de la enfermedad. El cáncer de próstata hereditario se asocia con un inicio de la enfermedad de seis a siete años antes, pero la agresividad de la enfermedad y la evolución clínica no parecen diferir.
En función de si el tumor está localizado o no dentro de la próstata y de la presencia de metástasis, se puede clasificar el cáncer de próstata en diferentes estadios. Esta clasificación es importante porque, en función de la evolución del tumor, se podrán aplicar unos tratamientos u otros:
El cáncer de próstata y algunos de sus tratamientos pueden llevar asociadas diversas complicaciones:
La operación robótica se recomienda en una variedad de situaciones donde sus ventajas pueden mejorar significativamente los resultados para el paciente en comparación con la cirugía abierta o laparoscópica tradicional. Se considera especialmente beneficiosa en procedimientos complejos donde se requiere una alta precisión y destreza quirúrgica en espacios reducidos, en pacientes con comorbilidades y/o cuando se busca preservar la función urinaria o eréctil.
Es normal sangrar después de una biopsia de próstata durante una o dos semanas, dependiendo del tipo de sangrado. Puede haber sangre en la orina, en las heces o/y en el semen.
A los 50 años s recomendable hacer un PSA, análisis de sangre para medir el Antígeno Prostático Específico que ayuda a detectar posibles anomalías en la próstata. Si en tu familia antecedentes antecedentes de cáncer de mama o próstata, se recomienda empezar el control hacia los 45 años debido al mayor riesgo asociado a padecer cáncer de próstata.
Es suficiente con la realización de PSA y un tacto rectal –especialmente si el PSA es superior a 2,5-. En algunas ocasiones se puede realizar ecografía, flujometría o incluso tests genéticos para estudiar distintos aspectos de la próstata.
Salvage lymph node dissection in patients with prostate cancer treated with radical prostatectomy or radiotherapy and positive choline positron emission tomography (PET/CT) scan