El cáncer de próstata exige un tratamiento individualizado.
Un tratamiento adecuado al tipo y al estado evolutivo del cáncer de próstata es la base para obtener un buen resultado y conseguir la mejor calidad de vida para el paciente. El uso de las últimas tecnologías y los tratamientos pioneros, junto a la experiencia del equipo de Urología, son una de las claves del éxito.
El tratamiento del cáncer de próstata depende del estadio de la enfermedad, del perfil del paciente y de la agresividad del tumor. En ROC Clinic apostamos por un enfoque personalizado y multidisciplinar basado en la evidencia científica, que nos permite ofrecer las mejores opciones terapéuticas a cada paciente.
Existen diversas modalidades de tratamiento para el cáncer de próstata según el caso:
En algunos casos, un cáncer de próstata de buen pronóstico y no agresivo puede no necesitar un tratamiento inmediato y ser simplemente controlado. La vigilancia activa puede ser una opción para el cáncer que no provoca síntomas, que se limita a una pequeña zona de la próstata y que se espera que crezca muy lentamente. Únicamente se tratará si se detecta que la agresividad del cáncer está aumentando y va a empezar a poner en riesgo la vida del paciente. Sin embargo, vigilar estrechamente este tipo de tumores, no significa ‘no hacer nada’, pues, en primer lugar, hace falta un mapeo completo de la próstata en la que no debe existir tumor de alto riesgo, y el paciente debe entender los pros y contras de esta estrategia. En segundo lugar, el control de los hombres en esta situación es realmente exhaustivo, usando resonancias de próstata y biopsias de control, además de urólogos altamente especializados en uro-oncología.
El principal beneficio es la ausencia de efectos secundarios. Entre las desventajas está el hecho de que los pacientes han de realizarse muchas pruebas, algunas de ellas invasivas como son las biopsias prostáticas.
Algunos tumores de buen pronóstico pueden tratarse localmente sin necesidad de extirpar la totalidad de la próstata. El tratamiento empleado para ello es la terapia focal, que permite tratar solo la lesión y respetar la próstata, mejorando de manera sustancial el postoperatorio y disminuyendo los efectos secundarios del tratamiento.
Es una técnica que se realiza en quirófano, que destruye el tejido de la próstata con frío o con calor y que puede ser aplicado en casos puntuales de tumores únicos:
En los casos en los que el tumor es agresivo y no es posible tratarlo de manera más conservadora, la alternativa más curativa es la cirugía. El tratamiento quirúrgico o cirugía del cáncer de próstata consiste en la extracción completa de la glándula prostática y los tejidos circundantes, extrayendo también, en algunos casos, los ganglios linfáticos del área pélvica. Es una opción para tratar el cáncer que está limitado a la próstata. En ocasiones, la cirugía se recomienda combinada con otros tratamientos para tratar un tumor de próstata avanzado.
Se puede realizar por varios abordajes como son:
Actualmente, en ROC Clinic, contamos con los dos sistemas robóticos disponibles: da Vinci (de Intuitive Surgical) y Hugo (Medtronic), siendo el primer centro de España en incorporar este último robot. La tecnología robótica traduce los movimientos del cirujano, mejorando la ergonomía y reduciendo el temblor. Además, permite una visión real tridimensional del campo operatorio con una gran calidad de imagen que garantiza claridad y precisión de los detalles.
No obstante, ninguno de los anteriores abordajes ha demostrado ser superior a los otros en términos de control oncológico y mejor preservación de la función miccional o sexual del paciente. Si bien es cierto que, tanto la cirugía laparoscópica como la cirugía robótica, han demostrado disminuir el sangrado y la estancia hospitalaria del paciente.
Estos procedimientos duran entre 2 y 4 horas aproximadamente y se realizan bajo anestesia general.
La radioterapia es la administración de radiaciones ionizantes para el tratamiento del cáncer, ya que utiliza energía de alta potencia para destruir las células cancerosas. Los tratamientos con radioterapia se pueden administrar solos o combinados con la cirugía.
En el caso del cáncer de próstata, existe una modalidad llamada braquiterapia, indicada únicamente en pacientes que padecen tumores de bajo riesgo, que consiste en insertar semillas radioactivas en la glándula prostática. Estas semillas administran una dosis baja de radiación durante un periodo prolongado.
También se puede aplicar la radioterapia externa a través de máquinas. Esta es una opción para tratar el cáncer que está limitado a la próstata y puede ayudar a ralentizar el crecimiento del tumor prostático que se disemina a otras zonas del cuerpo, como los huesos, y aliviar síntomas, como puede ser el dolor. En la radioterapia de haz externo, el paciente se acuesta sobre una camilla mientras una máquina se mueve alrededor de su cuerpo, dirigiendo haces de energía de alta potencia (rayos X o protones) al cáncer de próstata.
La testosterona (hormona sexual masculina) está relacionada directamente con la evolución del cáncer de próstata. En este sentido, la terapia hormonal se emplea para reducir los niveles de testosterona en el organismo o para bloquear sus efectos en la próstata. Con la supresión de esta hormona se produce una regresión del tumor.
El tratamiento de deprivación hormonal suele indicarse asociado a radioterapia o cuando la enfermedad está diseminada.
Cada diagnóstico es único. Elegir el tratamiento adecuado para el cáncer de próstata depende de varios factores que deben evaluarse de forma personalizada por un equipo médico especializado. No existe una única opción válida para todos los pacientes. Nuestros especialistas valorarán de forma integral su caso y le explicará las opciones disponibles, los beneficios y posibles efectos secundarios.
El cáncer de próstata en fases iniciales suele no presentar síntomas, por lo que la única forma de detectarlo precozmente es mediante revisiones médicas. Las pruebas principales son el análisis de PSA en sangre y el tacto rectal. En fases avanzadas pueden aparecer síntomas como dificultad para orinar, aumento de la frecuencia urinaria, sangre en la orina o dolor óseo. Si tienes más de 50 años, o antecedentes familiares, es recomendable acudir al urólogo aunque no tengas molestias.
El cáncer de próstata es curable, especialmente cuando se detecta en fases tempranas. Si el tumor está localizado, las tasas de curación superan el 90 % con tratamientos como cirugía, terapia focal o radioterapia. En casos avanzados, aunque no sea curable, existen terapias muy eficaces que permiten controlarlo durante años. La detección precoz es fundamental para aumentar las posibilidades de curación. Por eso, se recomienda realizar revisiones urológicas periódicas a partir de los 50 años (o antes si hay antecedentes familiares).
La operación robótica se recomienda en una variedad de situaciones donde sus ventajas pueden mejorar significativamente los resultados para el paciente en comparación con la cirugía abierta o laparoscópica tradicional. Se considera especialmente beneficiosa en procedimientos complejos donde se requiere una alta precisión y destreza quirúrgica en espacios reducidos, en pacientes con comorbilidades y/o cuando se busca preservar la función urinaria o eréctil.
Es normal sangrar después de una biopsia de próstata durante una o dos semanas, dependiendo del tipo de sangrado. Puede haber sangre en la orina, en las heces o/y en el semen.
Salvage lymph node dissection in patients with prostate cancer treated with radical prostatectomy or radiotherapy and positive choline positron emission tomography (PET/CT) scan